Los triunfos siempre tienen muchas paternidades y las derrotas suelen ser huérfanas. Naturalmente un triunfo que simboliza tanto -como “derrocar” a uno de los grupos políticos más poderosos del país, al que se le atribuyó el control del sistema priista en el Estado de México e incluso en el ámbito nacional: el grupo Atlacomulco-, debe tener muchas personas que se digan artífices de la victoria de morena el pasado domingo 4 de junio.
Esa fecha quedará registrada como el día –similar al de aquel 2 de julio del año 2000- en el que el Partido Revolucionario Institucional (con sus “aliados”) perdió el control del Poder Ejecutivo mexiquense.
Dejarán de definir -e influir- en un sistema que durante más de 90 años les permitió el ejercicio del poder, sobre todo durante los 17 años que no ocuparon la Presidencia de la República (dos sexenios panistas y los cinco años recientes con morena).
Se terminó la era de la “Fuerza Mexiquense” que durante la alternancia federal de hace 23 años fue suficiente para sostener el poder en más de 20 entidades del país y que sirvió de escuela y estructura de apoyo para las elecciones estatales y locales en distintas regiones de México. Las historias míticas de cuando las y los priistas mexiquenses acudían para reforzar a sus partidos en los diferentes estados, con vehículos, expertos en operación electoral y, sobre todo, recursos económicos, quedarán atrás.
Ahora ya se trabaja en la reestructuración del gobierno estatal.
Siguiendo los lineamientos de la 4T seguramente vendrá una reducción de salarios –como lo anticipó la maestra Delfina Gómez en su campaña-, disminución y desaparición de áreas gubernamentales, revisión exhaustiva de perfiles para integrar el nuevo equipo (en el que varios a están circulando con insistencia sus nombres), así como la redefinición de la estructura administrativa y las acciones iniciales, porque no habrá tiempo que perder.
Los encuentros de la virtual gobernadora –que está en espera de recibir su Constancia de Mayoría- con titulares de la Secretaría del Bienestar y de los institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), así como con legisladoras y legisladores de su partido, le permitirán llegar con información –y sus “otros datos”- para cotejar con lo que el gobierno estatal le entregue y delinear sus primeras acciones.
Han ocupado estratégicamente los espacios mediáticos con esas reuniones para transmitir la imagen de la próxima gobernadora como una mujer de trabajo y cercana. Han delineado los primeros elementos visuales de las fotografías que distribuyen a medios de comunicación y, con el apoyo de la comunicación del gobierno federal (por tratarse de reuniones con autoridades de ese orden), han generado la información que les permite mantener la presencia de la maestra Delfina.
Por otra parte, han enviado los mensajes para dejar en claro quién ejercerá el poder: Delfina Gómez Álvarez. Sobre todo cuando en campaña fue objeto de ataques por estar rodeada de hombres y se acusó que no la dejaban tomar sus propias decisiones. Expresiones que –a juicio de algunos- tocaron el límite de la violencia política en razón de género.
El hecho es que la transición está en marcha y ahora, ante la proximidad de un proceso electoral concurrente para 2024 en la entidad, para renovar 125 ayuntamientos, diputaciones locales y federales, senadurías y la Presidencia de la República, la gestión de la nueva gobernadora está obligada a marcar una diferencia sustancial con la forma como se ha llevado la administración estatal y no solo durante los últimos seis años, sino durante todo el régimen priista, que siempre fue reconocido por su forma de hacer las cosas.
Ojalá que no lleguen con el ánimo de desaparecer por desaparecer, ni con el deseo de hacer despidos masivos, sin considerar el nivel de profesionalismo que existe en el gobierno mexiquense.
De manera natural, veremos muchos elementos similares o idénticos a los que aplica el presidente, Andrés Manuel López Obrador, aunque las condiciones particulares del Estado de México obligarán a establecer estrategias específicas que respondan a la expectativa que ha generado un cambio de régimen que, indudablemente, va más allá de un cambio de administración.
#TodoComunica
Interesantes las narrativas –verbales, no verbales e icónicas- que emplean las “corcholatas” que circulan en pos de la candidatura presidencial de morena. Aciertos y desaciertos en los primeros dos días. Lo que sí es un hecho es que solo buscan un voto: el del presidente, Andrés Manuel López Obrador.