Toluca/Estado de México
Esta tarde falleció el mexiquense Fernando Cano, mejor conocido como “El escultor de fuego”.
Considerado como precursor de llevar el arte a las plazas públicas, a lo largo de sus más de 50 años de trayectoria, Fernando Cano desarrolló una técnica única que transforma el metal en formas celestes y cautivadoras.
Su obra destaca por hacer uso de la figura femenina para simbolizar la justicia, la paz, la libertad entre otros aspectos primordiales para el desarrollo humano.
Originario de El Oro, Estado de México, fue hijo de un escultor y pintor autodidacta; desde niño Fernando Cano realizaba pequeñas figuras de barro impulsado por su hermano.
Tras abandonar la escuela a los 14 años comenzó a dedicarse a la herrería en dónde descubrió el hierro como elemento principal para su obra.
Concluyó su formación en la Academia Nacional de pintura, escultura y grabado “La Esmeralda”, donde tomó como técnica definitiva la del hierro forjado y soldado.
Durante 20 años dió clases en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), institución que reconoció su trabajo con un doctorado Honoris Causa en 2013 y designando una sala con su nombre en el cuarto torreón del edificio de Rectoría.
Gran parte de su obra puede apreciarse en las distintas facultades e instalaciones de la UAEM.