Curiosamente… Muchas personas creen que existen objetos que por sus cualidades atraen la buena suerte o fortuna; sin embargo, hay otros que han dejado constancia que al poseerlos aparecerán como por arte de magia: desgracias como la muerte, ruina, enfermedad, entre otras.
Se les atribuye aojar de un modo u otro la vida de gente que los ha tenido cerca; es por ello que en esta primera entrega te presentamos los objetos considerados más malditos de todos los tiempos.
El espejo de la plantación Myrtles. Se encuentra en la casa Myrtles Plantation, que es una de las casas más embrujadas de Estados Unidos y del mundo. Los huéspedes han notificado ser testigos de ver a través del espejo figuras descarnadas que salen del mismo; se cuenta que el espejo contiene el alma de Sara Woodruff y sus hijos, quienes se dice murieron envenenados, ya que tenían fuertes problemas de convivencia con los empleados debido a tratos inhumanos que se vivían en la finca. El espejo se mantiene por precaución en la residencia únicamente como atractivo para los curiosos.
Pintura “el hombre angustiado”. Es la última obra de un artista víctima de la locura. Para realizarla, mezcló su propia sangre con las tintas (la pintura muestra una figura humana con tonalidades principalmente rojas) usándola como color; al poco tiempo de terminarla, se suicidó. Los dueños del cuadro comenzaron sus penurias al ver una silueta negra que aparecía y desaparecía en el hogar. Uno de los hijos cayó de las escaleras lastimándose severamente cuando el cuadro fue puesto en la sala de estancia; los sucesos extraños no han parado desde que la obra llegó a la vida de la familia.
Zafiro púrpura de Dheli pasó por varias manos a las que ocasionó miseria económica y suicidio. Su dueño más conocido fue Edward Heron-Allen, quien se refirió así a la valiosa piedra: “Está doblemente maldita y se tiñe con la sangre y la deshonra de todos los que la han poseído”. Desde que compró la joya a un soldado bengalí, los problemas comenzaron. Se quejaba amargamente del infortunio que consumía su vida al caer en quiebra. Heron-Allen regaló en dos ocasiones el zafiro pero le fue devuelto; en su desesperación, se subió a un puente y tiró la alhaja a un río pero volvió a él meses después: un joyero se la regresó.
Se cuenta que Heron encerró la joya en una caja fuerte enclaustrada dentro de otras siete cajas que contenían gran cantidad de amuletos para la buena suerte. En 1943 el Mueso de Historia natural de Londres, Inglaterra, adquirió la temida piedra permaneciendo allí expuesta hasta la actualidad.
Y tú, ¿eres supersticioso?