Ecatepec
Aunque la Unión Industrial del Estado de México (UNIDEM) reconoce que si Estados Unidos sale del TLCAN, las industrias más afectadas serán las del acero, plástico, hule, telas, pinturas y vidrio, los empresarios deberán buscar nuevas alternativas que permitan diversificar la actividad comercial.
“Los sectores que están vinculados con la fabricación de autos, así como empresas de autopartes que hacen frenos, equipo electrónico y eléctrico, amortiguadores, filtros y demás componentes, serían seriamente afectadas, ya que perderían competitividad frente a productores norteamericanos”, afirmó Francisco Cuevas Dobarganes, dirigente de la citada agrupación empresarial.
Comentó que al sector industrial no le molesta que México participe o no en tratados comerciales, o las condiciones fiscales y arancelarias que se establezcan, sino lo que nos preocupa es que cambien “las reglas del juego” de un día para otro, ya que la planeación, producción, inversiones y condiciones laborales están en función del entorno actual y de modificarse, ello tendría un serio impacto micro y macroeconómico en todos los niveles.
“Implica que quizás una empresa ya no sea rentable por el tipo de productos que maneja o por su propia ubicación; ello ocasionará que se comprometa su viabilidad, que tarde o temprano, también repercutirá en el pago de impuestos, en la inversión y por ende en los empleos”, dijo.
Detalló que ante una eventual salida de Estados Unidos del TLCAN, habría un reajuste natural de todas las variables incluyendo la paridad cambiaria del peso contra el dólar, también veríamos afectaciones en el flujo de capitales e inversiones.
Sin embargo, consideró que si el peso se devaluara, de alguna manera contrarrestaría parte del impacto de los aranceles, por lo que no se prevé el cierre de empresas del sector ya que, además del interno, hay otros mercados que se atienden desde México como el europeo o el sudamericano y la pérdida de competitividad por los nuevos aranceles, al final no sería tan alta por el efecto cambiario.
Expuso que en el sector agrícola sí habría impactos serios, pues al cambiar las reglas del juego comercial, por un lado habría exceso de algunos productos producidos en México como el frijol, brócoli, espárragos, tomate, caña de azúcar o aguacate, que ocasionaría que se desplomaran los precios por la dificultad en el corto plazo de acomodarlos en otros destinos, y sería devastador para los productores de esos cultivos que verían caer sus márgenes de utilidad por la sobreoferta.
Cuevas Dobarganes agregó que en contraparte, algunos productos agropecuarios que México importa, como lo es el maíz y sus derivados, soya, trigo o leche, que son fundamentales en nuestra dieta, se encarecerían por el efecto de los impuestos, ello sería altamente inflacionario y golpearía principalmente a las familias con menos recursos.
“Los empresarios del Estado de México, pensamos que más que lamentarnos por lo que pasó y pudiera pasar, debemos de pensar en otras actividades que nos permitan diversificar la actividad comercial, industrial y de servicios y sobre todo, no depender laboral, económica y fiscalmente de dos o tres ramas como la petrolera o automotriz. Los negocios, empleos, impuestos y si nuestro futuro, no deberían estar sujetos a caprichos de los gobernantes”, concluyó el líder empresarial.