La crítica, burla y enojo se siente en las redes sociales, mientras valientes analistas políticos, periodistas y reporteros hablan y escriben sin doblarse ante el poder.
Los mexicanos en reuniones privadas opinan sobre los pros y contras del nuevo gobierno federal, y la nueva mayoría de Morena en el aparato legislativo. Les pone “Like” y reenvía memes. Festejemos pues que los ciudadanos opinan, participan y exigen a su manera. Y claro, que los medios están haciendo su trabajo.
Pero los equilibrios de poder deberían darlos los partidos políticos, que representan a un sector de la sociedad que hoy, parece huérfana.
¿Dónde está la voz de los que pensaban que Meade era la mejor opción? Sí, en democracia gana el que obtenga más sufragios, pero también permite que en los congresos y en la arena política diaria se confronte, se exija el diálogo y se actúe con fuerza.
¿Dónde están los panistas que decían que Anaya era el bueno? Están como avestruces lamiéndose sus heridas.
Tanto el PRI como el PAN están desorientados y en la búsqueda de la administración de las migajas, se dividen más. Con la derrota de José Antonio y Ricardo se les acabaron las ganas, las ideas, la pasión y el amor por México.
Salvo honrosas excepciones, no hay oposición real. Los alcaldes y gobernadores tricolores y azules son los tapetes del nuevo jefe, y los legisladores aventaron al cesto de la basura sus banderas que tanto defendieron.
¿Acaso nadie le ha avisado que se renovará la Cámara de Diputados en dos años y medio, que habrá “revocación de mandato” para el titular del Ejecutivo Federal y que en el trayecto se tendrán que elegir nuevos presidentes municipales y algunos gobernadores? ¿De verdad ya tiraron la toalla ante la popularidad de López Obrador?
Insistimos, solo brillan algunos valientes en el mar de los derrotados.
Claudia Ruiz Massieu y Marko Cortés Mendoza provocan risitas en Palacio Nacional, porque no hacen ni cosquillas, porque no saben debatir, porque no están a la altura de la historia. Los coordinadores parlamentarios de la supuesta oposición también provocan bostezos y mucha tranquilidad ante lo que han llamado la 4T.
Que nadie se engañe: México vive una crisis, no por el triunfo apabullante de un líder que visitó ejido por ejido, pueblo por pueblo, municipio por municipio y estado por estado varias veces, sino porque los partidos derrotados no entienden que no hay triunfos para siempre, ni derrotas eternas.
Claro, si siguen llorando que perdieron el poder, y siguen desorganizados y divididos, Morena se quedará en Palacio por muchos sexenios más.
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
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