Miguel Ángel Mancera (GCDMX), Miguel Ángel Osorio Chong (Segob) y Aurelio Nuño (SEP), quedaron sepultados bajo los escombros y ni los Topos los pudieron salvar, el terremoto les pasó por encima y los dejó fuera de la jugada para 2018.
El jefe del gobierno de la Ciudad de México tenía pensado renunciar en octubre para dedicarse de lleno, de la mano de la dirigente perredista, Alejandra Barrales, a buscar la candidatura presidencial del Frente Ciudadano por México.
Mancera y Barrales impulsaron la creación del Frente Amplio que terminó en Frente Ciudadano con la idea de que el primero sería el candidato para la grande y la segunda para la jefatura del gobierno de la Ciudad de México, así de alborotados andaban.
Hoy Mancerita dice después de estar en el C-5 que no se va y claro que se tiene que quedar porque mucho tendrá que explicar, una vez que pase la emergencia, sobre las corruptelas que provocaron los derrumbes de muchos edificios en la Ciudad de México. Tendrá que rendir cuentas, pues.
Miguel Ángel Osorio Chong fue otro ausente en la catástrofe que dejó más de 300 personas sin vida y de miles que perdieron su patrimonio. El secretario de Gobernación era quien debía coordinar los trabajos de rescate de las víctimas, de garantizar la seguridad, pero fue superado por la sociedad civil que ante la ausencia del gobierno tomó el mando de la situación.
Ni Osorio ni Mancera fueron capaces de establecer un sistema de comunicación que permitiera que la ayuda llegara oportunamente a los voluntarios, que en no pocos casos tuvieron que andar suplicando el envío de las herramientas para la salvación de las personas que se quedaron atrapadas entre los escombros.
El secretario Nuño también tiene una gran responsabilidad porque permitió que algunos planteles educativos funcionaran pese a que quedaron mal después del primer sismo. El caso del Colegio Rébsamen dejó en evidencia la negligencia de la autoridad educativa.
Sin embargo, el titular de la SEP tiene una ventaja sobre los otros dos, la protección que acostumbra darles el presidente Enrique Peña Nieto a sus más cercanos colaboradores y, no duden que seguirá haciendo su luchita.
Aunque me puedo equivocar porque no hay que dejar a un lado que vivimos tiempos de un cinismo político, como nunca antes visto.
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Ya ni en su tierra respetan a Enrique Peña Nieto a quien, durante un recorrido por Joquicingo, lo invitaron a agarrar una pala para ir a remover los escombros en las zonas afectadas por el sismo y en lugar de responder vamos, órale, el Estado Mayor Presidencial desalojó a la persona que gritó y de paso reprimió a un grupo de estudiantes de la UAEM que salieron en su defensa… Pocos saben pero Luis Felipe Puente encabezó una de las administraciones más corruptas que ha tenido municipio de Atizapán. Es también uno de los responsables de que el transporte público en el Estado de México sea uno de los peores del país.
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