Las presencia de la pandemia de coronavirus o Covid-19 en nuestro país debe quitar la idea a nivel internacional de que seguimos siendo un pueblo tercermundista e ignorante. Debemos atender las indicaciones urgentes para parar la pandemia que ha llegado rápidamente a un nivel de contagio acelerado.
La imagen de México, desde el presidente de la República, pasando por gobernadores hasta llegar al pueblo es esa. Es increíble que pese a todos los anuncios en los medios electrónicos, en las redes sociales y en los medios de comunicación sobre la emergencia que vivimos, y la necesidad de implementar medidas de prevención mínimas, la gente sigue haciendo sus actividades como si nada pasara.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, sin ningún tipo de prevención o precaución, sigue realizando sus actividades cotidianas como si nada. El colmo fue su declaración de ayer en Culiacán donde aseguró: “los conservadores quieren que yo me aísle para que haya un vacío para que ellos se apoderen de la conducción política del país, el #coronavirus no es la peste”.
Ese es el nivel de nuestros gobernantes, ellos son los que toman las decisiones en cuanto a la salud de más de 130 millones de personas. Muchos alcaldes siguen permitiendo que se abran bares, negocios, fiestas en los pueblos; no pueden.
Pero frente a la declración del Presidente, no causa extrañeza la del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, quien asegura que el coronavirus “sólo le da a los ricos, a la gente pobre; a la gente jodida no la infecta porque tienen bien fuertes sus defensas”. Valdría la pena que alguien le dijera que sus millones y su diabetes lo hacen muy proclive a la contaminación. Quizá usted lo ignore, pero Miguel Barbosa Huerta compró la casa que fue propiedad del ex presidente Miguel De la Madrid Hurtado en Coyoacac, en la calle de Francisco Sosa y que tiene un valor catastral de 120 millones de pesos.
La pandemia es ignorada por millones de mexicanos que siguen haciendo francachelas, fiestones y comilonas donde asisten cientos de personas como si no pasara nada. Es común observar en las comunidades rurales que sus pobladores aún tienen tiempo y dinero para tomarse sus cervezas en la tienda de la esquina o para invitar a sus vecinos y cuando alguien les pregunta sobre los riesgos que corren en esas convivencias, responden con una mirada de extrañeza y la pregunta ¿de qué me hablas?
Frente a la despreocupada actitud del presidente Andrés Manuel López Obrador ante la pandemia, su subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, ya entró en pánico y sus últimos mensajes, han sido en el tono de “por favor, hagan caso, no salgan de sus casas, que no ven que el sistema de salud se colapsará en muy poco tiempo”. Algo sabe el subsecretario que no quiere que sepamos los mexicanos. Es Impostergable quedarnos en casa, advirtió.
Y es que el coronavirus ya le pegó por lo menos a dos gobernadores. Omar Fayad, de Hidalgo y Adán Augusto López, de Tabasco, quienes admitieron en sus redes sociales que están contagiados del Covid-19.
De Italia nos llega el mensaje alentador de que empezaron a controlar la pandemia. Pero para eso tuvieron que morir casi 11 mil personas, al cierre de ayer, e infectarse 97 mil 689 personas. Sólo 13 mil 030 personas han superado la enfermedad. Este país se ha convertido en la nación con el mayor número de muertos que el Covid-19. A finales de febrero registraron a su primer muerto y los últimos mensajes de las autoridades hablan de una prolongación todavía no definida de confinamiento.
Eso sucede en Italia, un país de primer mundo, con un sistema de salud de primer mundo, ¿qué podemos esperar los mexicanos con un sistema de salud ya colapsado desde antes de que llegara al coronavirus? Un sistema de salud donde no hay medicamentos porque al presidente se le ocurrió pelearse con los laboratorios. Eso sólo nos pasa a nosotros.
Es menester que tomemos conciencia de nuestra responsabilidad con nuestras propias vidas y que actuemos de manera responsable y madura. Hay que extremar las medidas de higiene y hay que encerrarnos. Si por alguna razón debemos salir de casa, hay que hacerlo con todas las precauciones. No hay que hacerle caso a AMLO, el coronavirus sí es una peste y si mata a mucha gente que se descuida.
Valoremos nuestra salud y la de nuestros seres queridos. No caigamos en el pánico, pero tampoco dejemos las cosas a la deriva, a la suerte o a la fe. ¡Hay que cuidarnos! #QuédateEnCasa
