México con un Ejército reconocido, una Marina prestigiada y una Guardia Nacional, de origen civil con mandos militares, forman una fuerza castrense de la que se esperaría que garantice a la ciudadanía una vida segura.
Una fuerza como ésta, no justifica la escalada de violencia como la que se vive en este régimen, que ha convertido el territorio nacional y sus vías de comunicación en regiones de producción, trasiego y comercialización de diversas drogas, desde las más inocuas hasta las más dañinas como el fentanilo. Toda una industria que crece.
Mientras tanto el ejército distribuye vacunas y medicamentos a clínicas y hospitales, además de construir las grandes obras, repartir los libros de texto gratuitos. Ha pasado de ser una institución que se ocupaba de la defensa de la soberanía nacional y el apoyo a la sociedad en situación de desastre; de ser un ejército de paz a uno multiusos, lo que lo degrada, la tropa se molesta y su lealtad se pone en riesgo.
La Guardia Nacional sigue vigilando, sin embargo también es testigo de masacres en diversos estados del país. Observa y recorre los pueblos pero no puede hacer nada; han estado presentes en actos de terrorismo en los que sólo observan sin actuar.
Habría que preguntarse si los diversos institutos militares van a actuar en contra del crimen organizado de manera enérgica a fin de que los pueblos que se han quedado vacíos por miedo a los criminales puedan recuperar sus vidas, sus bienes y volver con sus familias.
A los generales se les regresó a su vida castrense en los cuarteles hace siete décadas y han jugado en esta circunstancia un papel fundamental dejando que los civiles se ocupen del gobierno del país, pero ocurre que en las gestiones de los últimos años las autoridades sacaron al ejército nuevamente a las calles, no han controlado a los cárteles, lo que sugiere que el crecimiento militar, sus nuevas atribuciones y prebendas están orientados a otros propósitos.
Los niños ya no juegan en las calles, los adultos no pueden salir, las mujeres tienen miedo. La sociedad está acuartelada.