Camina la segunda semana de campañas en el Estado de México y las propuestas serias han brillado por su ausencia.
Prácticamente observamos que ambas candidatas compiten por ver quién lanza la idea que más votos consiga, en lugar de plantear rutas de atención a problemas añejos que enfrenta la entidad, tales como la inequidad en el acceso a servicios, aunado al grave flagelo que representa la delincuencia en todas sus magnitudes.
Ambas campañas carecen de un factor fundamental para generar tiros de precisión en el campo de batalla electoral: el diagnóstico.
Tristemente los mexiquenses no contamos con una campaña de nivel competitivo en la esfera de las ideas, escenario que desalienta la intención de ir a votar el próximo 4 de junio.
En mayo se espera que incrementen los ataques y la guerra sucia. Al margen quedarán las plataformas, las cifras y los proyectos bien pensados; la apuesta será buscar a personajes y grupos dispuestos a la traición y al vituperio.
Las ocurrencias
De momento sabemos que Alejandra Del Moral ha colocado el Salario Familiar como su principal oferta de convencimiento. Una evolución, dice, del Salario Rosa de Del Mazo. Todo suena muy bonito, 4.5 millones de familias recibirían 3 mil pesos bimestrales, lo que suma un total de 81 mil millones de pesos.
El problema radica en que el presupuesto total del Estado de México, al año, es de 365 mil millones de pesos. Es decir, solo de salario familiar se destinaría una cuarta parte del total.
¿Y los demás rubros quedarían en el abandono? ¿van a recurrir a la inteligencia artificial para suplir al personal y eliminar la nómina del gobierno estatal?
Eso no lo han explicado.
Por su parte, Delfina Gómez se la pasa repitiendo la misma narrativa de López Obrador en torno a acabar con la corrupción, y una que otra propuesta de bajo alcance como que el Edoméx contará con un sistema de captación de agua pluvial y que el Salario Rosa se convertirá en un programa llamado Mujeres del Bienestar, y que éste llegará a todas las mexiquenses.
¿Les creemos?