Estado de México
El incremento del robo de gas, ahora llamado “gaschicol”, es una de las preocupaciones de los empresarios del gas regulares. Bajas ventas por la competencia desleal y pérdida de empleos, son las principales consecuencias de este problema que azota al Estado de México. Calculan que las pérdidas de 2019 a la fecha representan cerca de 260 mil millones de pesos.
Gaseros del Valle de México han denunciado en diversas ocasiones el incremento del robo de Gas LP y acusan que quienes ahora se dedican a este delito son los mismos que anteriormente se dedicaban al robo de hidrocarburos, como gasolina y diésel, es decir, los huachicoleros. Además, comentan que es un problema que ya se extendió al Valle de Toluca.
Esta situación, dicen, se hace más preocupante cuando hay eventualidades como las suscitadas el pasado 3 de diciembre, cuando mataron a dos gaseros en el municipio de Chapultepec, que apunta según la carpeta de investigación de la Fiscalía General de la República a que estos homicidios son por parte de grupos delictivos de la zona de Jiquipilco en la entidad.
Señalan que según habitantes de Villa del Carbón (municipio que colinda con Jiquipilco), han presentado denuncias sobre grupos delictivos que trabajan de la mano con la empresa Sandro Gas, donde habitantes y comerciantes, la definen como “Los Reyes de Huachicol”.
Entre las principales afectaciones que señalan se encuentran las bajas ventas del producto, debido a que los presuntos delincuentes del denominado "gaschicol", lo ofrecen a precios por debajo del establecido por parte de los distribuidores autorizados, generando competencia desleal y una crisis para los permisionarios regulares, situación que impacta en la pérdida de empleos.
Lo más grave es que han secuestrado pipas y a los choferes, a los que intimidan, golpean y los abandonan en parajes alejados, Golpeadores llegan a amedrentarlos cuando están haciendo su trabajo, sin importar que sea un fraccionamiento o en las calles. Es urgente que los paren, concluyeron.
Asimismo, indican que su modelo de operar es idéntico al de un cártel, amedrentando a la competencia con violencia y amenazas. Pero también el comprar la falsa “protección” de la población, regalando electrodomésticos y fuertes apoyos económicos, entre otras actividades.
Hace un par de semanas gaseros regulares se enfrentaron contra irregulares en Ixtlahuaca, pues aseguraron que es un problema que el gobierno del Estado de México no aborda debidamente con las inspecciones y regularidades necesarias.
Explican que la distribución clandestina se lleva a cabo mediante intimidación y robo de pipas a operadores de gaseras privadas, creando empresas fantasmas, clonando pipas y plantas que no cuentan con las medidas de seguridad, que son usadas para llevar a los domicilios, además, venden el producto a precios hasta 35 por ciento por debajo de los distribuidores legalmente autorizados.
Precisan que, en el periodo de inicio del 2020 a la fecha, las tomas clandestinas en ductos de Pemex para sustraer este tipo de carburante, según la Subdirección de Salvaguarda Estratégica y la Dirección Jurídica de Pemex, aumentó 71 por ciento, en comparación con el año anterior, que pasó de 749 perforaciones a mil 281 en los primeros ocho meses de este año.
Además, indicaron que, de 2019 y a lo que va de 2020, se estima que las pérdidas rondan los 260 mil millones de pesos.
En este sentido, los gaseros señalan que las personas se ahorran hasta seis pesos al consumir este tipo de gas de procedencia ilícita; no obstante, indican que el costo también mantiene a los grupos delictivos que se disfrazan de empresas debidamente establecidas, pero que se abastecen de tomas clandestinas.
