En 1971, un grupo de estudiantes de California, EE.UU., conocido como “Los Waldos” acostumbraba reunirse para fumar mariguana luego de terminar su clase, justamente a las 4:20 de la tarde; luego de un tiempo, ese número (4/20) se vio transformado en el día 20 del mes 4.
La OMS ha declarado que la mariguana medicinal no representa problemas para la salud. El Cannabidol (CBD) sirve como paliativo para enfermedades crónicas y pacientes con epilepsia.
Cuando se inhala el humo de mariguana, es rápidamente liberado en la sangre, en minutos el ritmo cardiaco aumentará entre 20 y 50 pulsaciones por minuto. Esto dura entre 20 minutos y tres horas. El THC es la sustancia psicoactiva de la mariguana que llega al cerebro y libera la dopamina, generando una sensación de tranquilidad y placer. También puede afectar las percepciones sensoriales, al igual que la percepción del tiempo.
Cada vez es más aceptado el uso medicinal de la mariguana. Ayuda a reducir el sentimiento de nausea y vómito, es por eso que se utiliza después de sesiones de quimioterapia. Aumenta el apetito, por lo que se recomienda a personas que sufren de anorexia. También es conocida por sus propiedades antiinflamatorias y de reducción del dolor.
Quienes promueven estos cambios pretenden que su legalización sea el primer paso de un nuevo paradigma en la política de drogas. Su intención no es en ningún momento la de favorecer el consumo de sustancias adictivas, sino despojarlo de la criminalidad que genera su prohibición.