Toluca/Estado de México
El 28 de mayo de 1893, falleció el compositor, pianista y violinista Felipe Villanueva, reconocido como uno de los músicos más representativos del romanticismo musical mexicano, quien en 1887 fundó el Instituto Musical de México.
Hijo de Zenón Villanueva y Francisca Gutiérrez, Felipe de Jesús Villanueva Gutiérrez, nació el 5 de febrero de 1862, en el municipio de Tecámac, en el Estado de México.
Adquirió sus primeros conocimientos musicales en su pueblo natal. Su hermano Luis le enseñó a tocar el violín y su primo Carmen Villanueva el órgano. Posteriormente el Sr. Hermenegildo Pineda, quien tenía a su cargo la banda de música del pueblo, le enseñó los principios elementales de armonía y composición.
A la edad de diez años escribió su “Cantata patriótica”, para piano y cuatro voces, y un año más tarde una mazurca para piano: “El último adiós”.
Fue enviado a la Ciudad de México para estudiar en el Conservatorio Nacional de Música, de donde fue rechazado al finalizar el primer curso por considerarle “falto de aptitudes para la música”. Sin embargo, esto no bastó para desanimarlo, pues comenzó a estudiar por su cuenta y algunas veces con maestros particulares.
En 1876, a los catorce años de edad, ingresó como violinista a la orquesta del Teatro Hidalgo dirigida por José C. Camacho, de quien recibió lecciones de composición. En 1879 la empresa internacional Wagner y Levien Sucs. publicó sus piezas para piano “La erupción del Peñol” y “La llegada del ciclón”, que lo dieron a conocer entre el público mexicano.
En 1887 fundó, junto con Ricardo Castro, Gustavo E. Campa y otros músicos mexicanos, el Instituto Musical, academia oficial del Grupo de los Seis, que transformó la enseñanza musical de México con una contribución fundamental de Villanueva, quien difundió obras de Johann Sebastian Bach, Frédéric Chopin, Franz Liszt y Antón Rubinstein.
Felipe Villanueva fue uno de los precursores de Nacionalismo Musical, dentro de la dictadura de Porfirio Díaz. También es considerado por muchos críticos como el creador de la Danza Mexicana, ritmo inspirado a su vez en la Habanera Cubana.
Además de ser uno de los renovadores de la enseñanza tradicional italianizante, en sus composiciones también intentó crear ritmos con raíces nacionalistas.
Es con el inmortal Vals Poético con el que logró representar a México musicalmente en el extranjero, a finales del siglo XIX. Por eso, a veces se dice que la obra de Villanueva es más conocida en Europa que en nuestro propio país.
Villanueva supo enfrentar la realidad de su tiempo y llevar adelante su tarea de músico, legándonos así una gran cantidad de composiciones musicales que son testimonio de una época de la historia de México.
Algunas de sus composiciones más conocidas son: Vals Amor, Vals Causerie, Danzas Humorísticas, Ana, Un Sueño después del Baile, Sueño Dorado, su Ópera Inconclusa Keofar, y arreglos de zarzuela como El Rey que Rabió, El Molinero de Subiza, entre otras obras.
Una de sus últimas composiciones fue la Ópera Keofar, que no pudo terminar ya que falleció el 28 de mayo de 1893, a la edad de 31 años, víctima de una pulmonía.
El 29 de julio del mismo año en que murió, sus amigos terminaron de instrumentar la ópera y la estrenaron en el Teatro Principal, como un homenaje póstumo.
Actualmente los restos de Felipe Villanueva reposan en la Rotonda de los Hombres Ilustres de la Ciudad de México.