Curiosamente… En la calle de Juárez, poco después de Instituto Literario, en el sentido hacia Carranza, del lado derecho, había una casa antigua que perteneció a una familia muy conocida en Toluca. Cuando la iban a demoler, para dar paso a un estacionamiento, los dueños hicieron una venta de garaje.
Entre las antigüedades de la casa, había una caja fuerte que fue adquirida por una mujer, a quien le interesó por ser antigua, rara y por la curiosidad de lo que estaba guardado en ella. Cuando la adquirió estaba cerrada, y en ese momento no hubo quien le diera informes de la combinación o llave que la podría abrir.
La compradora, que trabajaba cerca de la casa, vio sencillo el adquirirla y regresar por la combinación, ya que le habían asegurado que podía contener algo de valor. pero que, aún así, si se la llevaba en ese momento se la daban por el mismo costo.
Por una cosa u otra, la dama no pudo regresar por la combinación y, el día que lo intentó, ya la casa estaba en demolición. Pensó que en la internet podría conseguir quién la abriera y no le dio importancia. La caja fuerte ocupó un espacio importante en su domicilio, pero no se lo esperaba, con ella los eventos que sucedieron después de la llegada de la reliquia.
Los ruidos, las luces que se apagaban y prendían sin que nadie las accionara. La mujer, asustada, relacionó la llegada de la caja con esos fenómenos que le asustaban, pues se escuchaba claramente cómo daban vuelta y los clics para abrirla. La gota que derramó el vaso fue la huida de su novio, con el que estaba a punto de casarse, de un día para otro desapareció de su vida sin dejar rastro.
Pensó en deshacerse de la caja, por los acontecimientos. Sin embargo, junto con esos malos sucesos, también empezó a tener suerte en el dinero, en el trabajo y en la adquisición de bienes. Fue tal la intriga que le causó lo que estaba ocurriendo en su vida que logró conseguir quien la abriera.
La sorpresa fue mayúscula, al encontrar dentro de la caja fuerte solo una carta en hebreo en la que, el patriarca de la familia, maldecía con soltería a las mujeres que tuvieran en su posesión esa caja por su objeto más preciado pero, al mismo tiempo, les auguraba fortuna si la conservaban. El embrujo implicaba escoger entre el amor o la fortuna. Hasta la fecha, la poseedora de la caja, sigue soltera y acumulando bienes.
