Curiosamente… Te ha pasado que cuando te presentan o tratas a alguien, por causalidad, indescifrablemente percibes como si ya conocieras a esa persona desde hace mucho tiempo y, no sabes por qué, algo dentro de ti susurra que no es la primera vez que se ven.
Ciertamente existen pistas que nos advierten que personas cercanas a nuestra vida posiblemente lleven compartiendo experiencias con nosotros tiempo atrás.
Diversas tradiciones y estudios en campos espirituales/filosóficos, manifiestan que los seres humanos venimos a la tierra en grupos; es decir, en cada reencarnación afanosamente nos vamos buscando para posteriormente identificarnos y seguir adelante coexistiendo.
Es importante tomar en cuenta los indicios que revelan si ya hemos conocido a esa persona en otra vida al aparecer en la actual. Lo anterior con la finalidad de saber si existió una planificación entre vidas que aún no concluye, a falta de concretar un propósito y terminar el vínculo emocional para evolucionar espiritualmente.
Entre las señales tenemos:
Conexión instantánea (no necesariamente debe caernos bien).
Déjà rêvé (sensación en la que una experiencia real ha sido soñada, en este caso sentir que ya se ha soñado con la persona).
Percepción fraternal (ya le conocemos aunque solo le hayamos visto una vez).
Encuentros singulares (alternar con la persona de manera insólita, poco común).
Emociones exaltadas (la conmoción es inmediata y potente incluso encontrándose lejos, este punto no trata de enamoramiento únicamente).
Sucesos extraños (hechos que se presentan de manera peculiar, puede ser un fenómeno natural, quedarnos sin gasolina, apariciones de animales, entre otros).
Tiempo se desestabiliza (se pierde la noción del tiempo).
Este interesante tema, sin duda alguna, nos deja pensando en que nada en nuestra vida pasa por casualidad, incluso las personas que nos rodean.
Y tú ¿has vivido alguna de las señales? Quizás las personas que hoy conoces, como tu familia, en otro tiempo fueron tus amigos, o enemigos. ¿Lo crees?