Ante la emergencia de las miles de viviendas dañadas por los terremotos del 7 y 19 de septiembre, urge un plan integral de construcción porque es grande la necesidad y se podrían construir viviendas emergentes que no serían la solución. Para ello debe darse una adecuada coordinación entre instituciones e inmobiliarias.
Si no hay un control se van a desbordar colonias que comenzarán como asentamientos irregulares que terminarán regularizadas y con necesidad de servicios al que el gobierno tendrá que acceder, por la situación en que se estarían generando.
Mónica Pérez Báez, directora de la carrera de Arquitectura del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Campus Toluca, dijo que es necesario resolver el problema inmediato por la urgencia, pero no es bueno. Deben buscarse también planes a largo plazo con planeación adecuada.
Añadió que en Toluca, Estado de México, no hay reglamento de construcción propio, fue adaptado al de la Ciudad de México, lo que compromete la seguridad de las construcciones y “comienza la tropicalización de las reglas”. Aunado a ello, muchas de las casas que se perdieron con los terremotos, fue por la autoconstrucción, es decir, sin las normas requeridas.
No es posible aplicar los mismos lineamientos de la capital del país en el Estado de México, “es ahí donde inician las irregularidades porque, al no estar controlados, no hay forma de que la gente exija de manera puntual que las inmobiliarias cumplan con algo que no existe, no tienen fundamento”.
Consideró urgente contar con una “auditoría” o personal especializado que regule cada rubro en una construcción, como ocurre en otros países, donde hay peritos para cada elemento para garantizar la seguridad y el aprovechamiento en los materiales, porque en países como México hay mucho desperdicio e irregularidades en las edificaciones.
“Por ejemplo, si el piso no está bien hecho no puede seguir la edificación, es una cadena de procesos que va a certificar la seguridad del edificio, casa o cualquier construcción”. En este sentido, dijo, el Colegio de Arquitectos podría ser la instancia que regule los lineamientos que se necesitan, porque la Ciudad de México responde su propio tipo de clima o de suelo que no son coincidentes con el Valle de Toluca o de México.
Añadió que en todos los estados, en donde hubo daños por el sismo de 7.1 grados Richter del martes pasado, tienen condiciones diferentes de clima y reglamentos constructivos. Hace falta que la gente se informe, porque muchas de las personas perdieron viviendas de autoconstrucción, es decir, que fueron edificadas sin regulación, lo que genera más peligro porque no toman en cuenta las normativas que hay en el país.
La Ciudad de México es la que más seguimiento ha dado a los reglamentos por el sismo de 1985; sin embargo, hay muchos Códigos que trabajar y especificar, como reglamentaciones que si un edificio no cumple, simplemente no puede continuar con su función.
Dijo que es importante el porcentaje de inmobiliarias que manejaban información que quizá a sus clientes les parecía adecuada pero no ofrecían datos sobre los sistemas constructivos, por ejemplo reglamentación física, “información que debemos conocer y como autoridades difundir con mayor fuerza para estar más atentos o sensibles”.
Es ponerle parches a la reglamentación; si no está especificado lo vamos adaptando y tal vez funciona para una construcción pero es riesgoso y sólo hacen añadiduras.
En relación a las opciones de construir conjuntos habitacionales en algunas regiones de la entidad como ocurrió en el 85 para albergar a los damnificados del sismo, opinó que “Desgraciadamente, nuestra cultura no nos permite tener soluciones que a largo plazo sean oportunas, resuelve el problema de manera inmediata, pero no es bueno con el tiempo.
“Entendemos la urgencia de dar vivienda a quienes se quedaron sin techo, pero si no lo controlamos se nos van a desbordar colonias que van a empezar como asentamientos irregulares que vamos a terminar regularizando forzosamente porque van a requerir servicios y, por la situación en que se den, el gobierno va a tener que acceder”.
Consideró que hace mucha falta coordinación, por ejemplo, entre instituciones e inmobiliarias, un plan integral porque actualmente es grande la urgencia, la necesidad y podrían construir viviendas emergentes que en 10 o 30 años no serían una solución.
