Ixtapaluca
Sin permisos en materia ambiental, la diputada federal Maricela Serrano y el presidente municipal de Ixtapaluca, Carlos Enríquez Santos, iniciaron la construcción de un parque ecoturístico en la cima del Cerro “El Elefante”, del pueblo de Tlapacoya, despojando a la población de su patrimonio natural y cultural.
Lo anterior fue denunciado por José Tapia, del Comité en Defensa del Cerro “El Elefante”, quien dijo que este predio no sólo tiene vocación ambiental, sino que también reúne un patrimonio cultural trascendental pues en él se hallan dos sitios arqueológicos (uno en las faldas y otro en la cima), “y se han encontrado vestigios arqueológicos y antropológicos que hablan de una ocupación humana en Tlapacoya de más de 22 mil años”.
Aseguró que el Centro INAH Estado de México, contraviniendo leyes y ordenamientos en la materia, aprobó el proyecto de construcción del parque ecoturístico, según de “menor impacto”, que está lastimando directamente el sitio arqueológico pues en sus límites han excavado pozos y han colocado una larga barda de piedra para hacer una pista para cuatrimotos, y lo más lamentable es la continua quemazón de pastizales para facilitar las obras.
José Tapia denunció que con la aprobación de esta obra, las partes involucradas como el INAH y la diputada Maricela Serrano, violan o incumplen los artículos 27, 28, 32, 44 y 52 de la Ley Federal de Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos y 42, 43 y 52 de su Reglamento, y los artículos 1, 3, 6, 7, 8, 30, 64, 66 y 67 de la Ley General de Bienes Nacionales.
Detalló que desde febrero del año pasado se inició la obra en la cima del cerro con la colocación de una escultura de lámina, de 29 metros de alto por 25 metros de ancho, que fue suspendida temporalmente en mayo pasado por el Centro INAH Estado de México, pero ahora resulta que esta institución aprobó el proyecto, que se reanudó en la primera semana de enero de 2018.
Dijo que en una reunión en marzo de 2017, vecinos de Tlapacoya manifestaron su desacuerdo por la obra ya que no es necesaria y conlleva una notable afectación ambiental y al patrimonio cultural, pero la diputada Maricela Serrano prácticamente había anunciado el despojo del que sería objeto la población, al sostener que quien se dijera propietario del cerro lo demostrara y que, en todo caso, tendría que iniciar un juicio para pelearlo porque la obra de todas maneras se realizaría.
José Tapia cuestionó cómo es posible una autoridad federal, como el Centro INAH Edomex. puede autorizar a una persona física o moral que disponga de un bien nacional, en este caso el Cerro “El Elefante” que, al albergar sitios arqueológicos, es de hecho un bien inmueble de la nación.
“La ambición por poseer más tierra para la gente de Antorcha no debe ser la norma para que las autoridades federales validen este tipo de proyectos, añadió el activista.
Comentó que el proyecto del parque ecoturístico en el Cerro El Elefante no cuenta con Manifestación de Impacto Ambiental ni con la autorización del cambio de uso de suelo en terreno forestal.
Expuso que para realizar la obra en el cerro, que es un bien inmueble de la nación y de uso común, el gobierno municipal debió hacer entre la comunidad de Tlapacoya una consulta previa, libre e informada; “sin embargo, pretende llevarla a cabo de manera arbitraria sin importarle ocasionar un desequilibrio ecológico, acelerando la extinción de especies animales y vegetales silvestres”.
José Tapia, quien es nativo de Tlapacoya, recalcó que el cerro es el único en la región oriente del estado que se mantiene como espacio verde y que una de sus funciones vitales es la recarga de los mantos acuíferos que abastecen tanto al pueblo de Tlapacoya como a otras comunidades.
Hasta ahora, agregó, han tapado las cañada y barranca para hacer un lago artificial –contemplado en el proyecto-- con lo que estarían impidiendo la filtración del agua de lluvia al subsuelo. “Qué decir del ecocidio que están causando con los incendios que provocan para facilitar las obras, sin importar la aniquilación de diferentes especies de animales y plantas”, recalcó.
En pocas palabras, dijo, el gobierno municipal cada vez le abona más al cambio climático, no le basta con el efecto invernadero producido por los altos índices de contaminación, sino que quiere poner su granito de arena contribuyendo a poner en peligro el agua, suelo y aire del pueblo de Tlapacoya, su cerro, y su entorno.
Mencionó que el Comisariado Ejidal de Tlapacoya es quien está entregando el cerro, porque arguye que tiene el resguardo del mismo; sin embargo, la Reforma Agraria con sede en Texcoco ha reconocido que el cerro no es de carácter agrario, porque no está comprendido dentro de las tierras del ejido de Tlapacoya, según la carpeta básica referente a la dotación de tierras de que fue objeto el pueblo en el año de 1922.
José Tapia destacó el daño ambiental que ocasionará esta obra, más que a una persona concreta, concierne a toda la sociedad y demandó el cumplimiento de los preceptos constitucionales y de las leyes en materia ambiental y arqueológica para la preservación, conservación y mejoramiento del patrimonio cultural contenido en el Cerro “El Elefante”.