Toluca/Estado de México
A unos pasos de la Plaza de los Mártires en Toluca, los puestos de venta de artículos patrios llenan las calles de color, pero el entusiasmo de los vendedores no es el mismo de años anteriores. A unos días de que pase la temporada, la mayoría de los vendedores tienen carritos llenos de mercancía.
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Entre ellos está el puesto de doña María Gutiérrez, quien ha dedicado su vida a la venta de banderas, diademas, pines y todo tipo de adornos patrióticos, siguiendo una tradición familiar que ha pasado por cuatro generaciones.
“Las banderitas y las diademitas para las niñas son lo que más se vende, pero no es como antes; se vende menos. Tengo banderas desde 10 hasta la más grandota, que cuesta 200 pesos, pero en general van de los 20 a los 50 pesos”, explica doña María.
Las dificultades no son pocas; como muchos otros comerciantes, doña María ha visto cómo sus ventas han caído desde la pandemia de COVID-19.
“Antes se compraba más, pero después de la pandemia bajó demasiado. Poco a poquito se fue recuperando, pero sigue siendo complicado”.
No obstante, para ella y su familia, esta labor es más que un simple negocio; es una forma de vida desde hace al menos cuatro generaciones que empieza el 25 de agosto y concluye el 16 de septiembre, unas horas después del desfile cívico-militar.
“Este es un negocio familiar que hemos heredado, pero parece que se va perdiendo la tradición. No sé si es porque ya hay más vendedores o porque la gente compra menos”.
Pese a todo, doña María sigue firme en su puesto, confiando en que los tiempos mejoren y que las nuevas generaciones no abandonen este tipo de tradiciones.
“Ojalá la gente siga comprando en los puestecitos, con eso nos ayudan a nuestra economía”.
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