El gobierno español respondió a la Declaración de Independencia de Cataluña, disolviendo al Parlamento catalán en su totalidad, cesó al presidente de la Generalitat, Carles Puidgemont así como al vicepresidente y a todos sus consejeros de gobierno.
Mariano Rajoy, presidente de España designó a órganos administrativos para dar cumplimiento a todas las medidas ordenadas y el cese de los representantes de la Generalitat en Madrid y Bruselas.
Consideró que la determinación de los catalanes es un “secuestro inadmisible” y ofreció regresar las cosas a su normalidad.
No se trata, dijo, de suspender, intervenir o recortar el gobierno autónomo, sino devolverlo a la normalidad que empieza por la ley y regresar la voz a los catalanes.
Derivado de ello convocó a elecciones autonómicas en Catalunya para el 21 de diciembre. “Quiero que sean unos comicios limpios, libres y legales”, según dijo al término del Consejo de Ministros.