El fin de semana detectaron una explosión nocturna en el volcán Popocatépetl.
Al día siguiente el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) con apoyo de la Policía Federal, realizaron un sobrevuelo al “Popo” para evaluar las condiciones del cráter.
Después de la actividad explosiva, el cráter interno aumentó sus dimensiones, alcanzando un diámetro de 370 metros y una profundidad de 110 metros.
Los especialistas advirtieron la posibilidad de que el cráter interno sea rellenado, al menos temporalmente y de manera gradual, por un nuevo domo de lava.
El último informe del Cenapred reporta que, de acuerdo con el Semáforo de Alerta Volcánica, el Popocatépetl se encuentra en Amarillo Fase 2.
De la misma forma exhorta a los ciudadanos a mantenerse alejados del volcán, sobre todo del cráter. En caso de lluvias fuertes alejarse de los fondos de barracas por el peligro de deslaves y flujos de lodo.
Las últimas semanas se han registrado movimientos en el volcán, entre exhalaciones de baja intensidad y sismos volcanotectónicos.