Tras los discursos ofensivos contra la migración, el presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump, hizo oficial la vigilancia de la frontera con México a cargo de soldados de la Guardia Nacional.
Ante la insistencia de Trump, desde su campaña presidencial, de construir un muro y que éste no ha sido autorizado por el Congreso, decidió reforzar el control de las patrullas fronterizas con fuerzas militares.
El uso de la Guardia Nacional como remedio a la migración no es exclusivo de Trump, presidentes anteriores a él ya han recurrido a dicha vigilancia. El también republicano George W. Bush usó la vía militar con seis mil efectivos para controlar la zona limítrofe con México, incluso Barack Obama, en 2010, acudió a esta alternativa con la que desplegó mil 200 efectivos.
La decisión de Trump está supuestamente argumentada en que México no ejerce la autoridad suficiente en materia de migración, lo acusa de pasivo y permisivo con el flujo de Centroamericanos que tienen como destino final el país del norte.