Héctor Moctezuma de León
Se equivoca el canciller Luis Videgaray Caso, el estudiante de diplomacia, al pensar que agradando a Donald Trump, lanzándose contra Nicolás Maduro, el presidente norteamericano nos va a recompensar con una renegociación amable del Tratado de Libre Comercio, que inicia este mes.
Se equivoca el canciller si piensa que condenando al gobierno venezolano, el gobierno estadounidense va a parar a Andrés Manuel López Obrador, puntero en las encuestas rumbo al 2018, a quien los priistas, y más los peñistas, le tienen pavor.
Se equivocó Luis Videgaray cuando pensó que al ofrecer a Cancún como sede de la XLVII Asamblea General de la OEA iba a lograr que se aprobara un punto de acuerdo para hacer un llamado de atención a Maduro, le salió el tiro por la culata porque los aliados del venezolano le echaron abajo su teatrito.
Se equivocó Luis Videgaray cuando al fijar la posición del gobierno mexicano frente a la Asamblea Constituyente, convocada por Maduro, ofreció que México buscaría frenar su aprobación.
Se ve que en los siete meses que tiene al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores no ha aprendido nada sobre lo que es la diplomacia mexicana que en el siglo pasado dio brillo con una política exterior congruente que dio a nuestro país una gran presencia mundial.
La posición de México frente al conflicto que viven los venezolanos está muy lejos de ser una posición de alto nivel diplomático, más bien son actitudes serviles al gobierno norteamericano, que no reditúan nada.
Luis Videgaray ignora la Doctrina Estrada, (Genaro Estrada 1930) “es una de las aportaciones más valiosas de México al derecho internacional, que se funda en los principios de la autodeterminación de los pueblos que significa el derecho que tienen los pueblos para aceptar, mantener o sustituir a sus gobiernos o autoridades”.
El canciller novato muestra una total ignorancia en asuntos diplomáticos, porque la mejor postura que debe asumir en el gobierno mexicano es hacer un llamado al diálogo de las fuerzas en conflicto, como en el paso lo hicieron otros gobiernos.
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El alcalde de Ecatepec, Indalecio Ríos, la tierra del gobernador Eruviel Ávila, mostró una gran estupidez al decirle a una población enardecida que exigía justicia por el asesinato de una jovencita en ese infierno mexiquense, que no gritaran, ¿esperaba que se hincaran ante el clima de violencia que se vive en ese lugar? Que no les extrañe si este individuo les sale a los ecatepequense con que se quiere reelegir ahora que la ley les da esa concesión…Alejandro Avilés quien fue defenestrado de la Secretaría de Gobierno de la administración que encabeza Alejandrito Murat fue reincorporado al sector público en una posición nada despreciable, la de delegado de la Sedesol en Oaxaca, con el aval de su amigo, perdón, cómplice, el gober Murat.
