Como era de esperarse, el plan que dio a conocer el viernes pasado para fortalecer y rescatar a Petróleos Mexicanos de su crítica situación financiera,el presidente Andrés Manuel López Obrador y su inexperto equipo de trabajo, decepcionó rotundamente a los bancos de nuestro vapuleado país y del extranjero, así como a la calificadora Flitch Ratings a la que vapuleó el tabasqueño, tachándola de hipócrita y alcahueta.
Resulta que una vez más, la inexperiencia en estas áreas de parte de su equipo de trabajo rebotó negativamente en los mercados financieros porque -indicaron- se trata de medidas insuficientes para restituir el severo deterioro financiero de Pemex.
Es preciso mencionar que Flitch Ratings, hace dos semanas, redujo la calificación de la petrolera en escala nacional a AA en moneda mexicana desde AAA, así como la calificación del emisor en escala internacional en moneda extranjera y en moneda local a BBB desde BBB+ con perspectiva negativa, expuso que las medidas de apoyo para reducir la carga fiscal de Petróleos Mexicanos habían sido incorporadas en el reciente ajuste de calificación por lo que son insuficientes para prevenir el deterioro de la calidad crediticia de la firma.
Agregó que los recursos disponibles son menores a los 17 mil millones de dólares de requerimientos de efectivo anuales que Pemex necesita para detener la caída en la producción y en el nivel de reservas.
Por su parte, Juile Murphy, analista para América Latina de J.P. Morgan citó: “estamos extremadamente decepcionados con las medidas, por lo que no creemos que las medidas muevan la aguja en absoluto en el frente de las calificaciones de agencias para Pemex”.
Mientras tanto, la matriz de CitiBanamex en el análisis “Segundo strike plan de Pemex insuficiente de nuevo”, señaló que el mayor problema para la petrolera es la solvencia dado que bajo el plan de negocio del gobierno de López Obrador, la trayectoria a futuro de la empresa no es convincente.
Añadió que “creemos que Pemex no se volverá más eficiente ni rentable ya que asignará capital a actividades de bajo rendimiento, no mejorará significativamente los procesos operativos y de gestión y preferirá realizar la mayoría de las actividades por sí solo en lugar de asociarse con el sector privado”.
“El anuncio del gobierno no resuelve los problemas estructurales de la empresa y, si bien se gana tiempo en tratar de mejorar sus finanzas, la calificación de Pemex se mantiene en riesgo”, manifestó en un análisis BBVA Bancomer y añadió: “tales medidas son insuficientes para resolver el excesivo endeudamiento y el declive de la producción petrolera”.
Expuso que para estabilizar la producción petrolera e incrementarla, la inversión aprobada por 273 mil millones de pesos para este año, tendría que duplicarse y canalizarse predominantemente a actividades de exploración y producción.
De esta manera, los análisis emitidos por dichos grupos no son positivos ni le dan un panorama alentador al proyecto llevado a cabo por el actual gobierno para Pemex, por lo que será necesaria realizar una cirugía mayor, aunque diputados federales de Morena a través de la Comisión de Energía (incondicionales) de López Obrador, alistan un dictamen para reformar la Ley de Petróleos Mexicanos que plantea establecer un marco jurídico que garantice el control por parte de AMLO a través de Octavio Romero Oropeza, director general de la petrolera, quien podrá dirigir, ejecutar, administrar y cumplir con los objetivos de exploración, explotación y refinación para operar Pemex y sus diversas empresas.
Asimismo, pretenden darle más facultades y poder amplio debido a que lo incorporarán al Consejo de Administración con voz pero sin voto y en la elaboración del plan de negocios, ya que se busca alcanzar la capacidad de producir el 80 por ciento de gasolina que consumimos en México y obtener “soberanía energética”, además de reducir a 200 mil barriles diarios las importaciones de combustible e incrementar la productividad de la industria nacional. ¿Lo lograrán?
Por otra parte, sin lugar a dudas, la astucia y sagacidad con la que se maneja el presidente Andrés Manuel López Obrador, en los eventos de sus giras de trabajo por distintos estados de nuestro vapuleado país, que le organiza su séquito de incondicionales acarreando gente que llevan para que loen y aplauden al tabasqueño, es una réplica de los que organizaba en Partido Revolucionario Institucional.
Una prueba fehaciente fue la asistencia de López Obrador el pasado viernes a Badiraguato, Sinaloa, tierra que vio nacer a Joaquín Guzmán Loera, a quien no llamó por su nombre, aunque señaló que la sombra del “Chapo” “no debe estigmatizar a la gente de este pueblo y sus alrededores, agregando frases bíblicas:
“La de Badiraguato es gente buena, gente trabajadora”, prosiguió López Obrador, ¿Qué dice la Biblia? Que no hay que emitir juicios temerarios. ¿Y qué otra cosa dice la sabiduría? Que no hay que hacer leña del árbol caído, comentario sobre la condena de Joaquín Guzmán en Estados Unidos.
Recordemos que el afamado “Chapo Guzmán”, líder del crimen organizado en su modalidad de narcotráfico, fue extraditado por el gobierno de Enrique Peña Nieto a Estados Unidos de Norteamérica en donde fue juzgado por diez cargos de los cuales es responsable en todos –según- el jurado norteamericano en el llamado “Juicio del Siglo”, dictará sentencia en julio próximo.
Desde el otrora populista ex presidente Luis Echeverría Álvarez, (1970-1976), un jefe del Ejecutivo visitó dicha población y ahora fue AMLO, adorador de la política populista, quien desea ser “tocado y saludado” por todos los ciudadanos acarreados o no a sus mítines y que “sientan” que el mandatario es de “carne y hueso”.
El de Macuspana, Tabasco, reiteró que no utilizará la fuerza para combatir a los líderes de las bandas del crimen organizado debido a que esta táctica no ha dado resultado en los últimos años, por lo dará (su gobierno) empleos y apoyos económicos a los pobladores de la zona para que tengan otra perspectiva de vida por lo que se desincentivará su ingreso a las filas del crimen organizado.
Así pues, López Obrador, seguirá su sendero de giras por toda la república a la que ya le dio la vuelta en varias ocasiones durante sus catorce años de campaña, siguiendo su temática de impactar a la ciudadanía de escasos recursos que buscan que alguien les dé una “sobadita y palmadita” y les diga que los problemas económicos se van a acabar porque van a recibir recursos, lamentablemente al tabasqueño no le alcanzará el dinero para darle a los más de 55 millones de mexicanos en pobreza extrema.
Es preciso señalar que el gobierno es un facilitador no un empleador como lo pretende llevar a cabo AMLO, deshaciendo todos y cada uno de los programas sociales, además pretende desparecer a gran parte de las instituciones y organismos. No olvidemos que en el 2006 las mando al diablo, al igual que al entonces presidente Vicente Fox al que le dijo “ya cállate Chachalaca”.
El jefe del Ejecutivo (disminuido), está disponiendo de los recursos económicos como si fueran suyos, para llevar a un socialismo molero a nuestro vapuleado país el cual seguramente se estancará por la ausencia de políticas públicas, de programas de inversión y alicientes, derivado de lo anterior, existe gran incertidumbre entre el empresariado y los mercados nacionales e internacionales, pretendiendo creer que estamos en AMLO y el país de las maravillas, pues en 78 días del actual régimen, las pérdidas han sido multimillonarias por las decisiones precipitadas y caprichosas del tabasqueño.