En noviembre de 2018, incluso antes de asumir la presidencia, Andrés Manuel López firmó con Ricardo Salinas Pliego, presidente de Grupo Salinas, un acuerdo para trabajar conjuntamente los programas de apoyo a jóvenes, personas con discapacidad, estudiantes adultos mayores, etc. Y, aunque no dejó de señalar que posteriormente lo haría a través de BANSEFI (próximamente Banco del Bienestar), dijo que por ahora lo haría Banco Azteca, porque es el que más sucursales tiene a lo largo y ancho del país. Luis Niño de Rivera, vicepresidente del Consejo de Administración de Banco Azteca, por su parte, dijo: en realidad, se trata no sólo de un programa, sino de la dispersión de recursos a 25 millones de personas.
Hoy, a tan sólo unos meses de haber asumido la presidencia y haber empezado a otorgar dichos apoyos, la gente compara ya los hechos, con las Tiendas de Raya del Porfiriato, ésas que en México replicaban el sistema implementado por Estados Unidos, Inglaterra o Francia y que tuvieron auge en el siglo XIX y principios del XX, en las que originalmente se distribuían los recursos de las haciendas, que eran propiedad de los patrones y que expendían comestibles, aguardiente, ropa y calzado de mediana calidad, con lo que “rayaban” a sus empleados.
Y ya que el pago a los trabajadores se hacía mediante vales (o “monedas” acuñadas por la fábrica o hacienda) sólo se podían canjear en la tienda de raya del patrón, donde los campesinos adquirían productos, pero con los sueldos tan bajos que tenían, y no les alcanzaba para pagar los productos que necesitaban, se veían obligados a adquirir un crédito con un alto interés convirtiéndose en eternos deudores.
El trabajador no podía cambiarse de hacienda si no había liquidado su deuda, y si llegaba a escapar era perseguido y llevado de regreso. Así era como los hacendados retenían a los campesinos y con los precios impagables de la tienda las deudas se volvían eternas y terminaban esclavizándolos.
Hoy, las imágenes que podemos ver en redes sociales y periódicos muestran filas interminables de gente que acude a las sucursales y aprovecha para comprar diversos artículos, entre ellos los más comunes: celulares y motonetas, mismos que seguramente no serán adquiridos de contado, sino a través de un crédito. Crédito que será pagado con el dinero de una beca o apoyo que el gobierno les otorga, parecido a lo que leíamos arriba, ¿cierto?
Así es y al parecer, de la misma forma que los trabajadores no podían cambiarse de hacienda si no habían liquidado su deuda, estos beneficiarios de los apoyos, no podrán migrar de partido (o no querrán hacerlo) antes de terminar de pagar sus créditos “… Así era como los hacendados retenían a los campesinos …”, “… 25 millones de personas …”. Muy buena estrategia por parte del gobierno y también, por parte de Banco Azteca.