Hablar de Cisnes Negros es una metáfora que, en el ámbito económico, describe aquellos sucesos que ocurren por sorpresa, que los analistas no habían previsto ni tenido en cuenta porque, de alguna manera, eran improbables y que, para bien o, generalmente, para mal, terminan siendo de gran impacto y repercusiones trascendentales.
El creador de esta teoría es el economista Nassim Nicholas Taleb y la basó en la llegada de los primeros exploradores a Australia en el siglo XVII, cuando descubrieron Cisnes Negros, un hecho que se consideraba altamente improbable, ya que en Europa se pensaba que todos los cisnes eran blancos pero a raíz de su descubrimiento cambió la percepción que había hasta ese momento. Así, Taleb lo asemeja con predicciones en economía que, tarde o temprano, se verán confrontadas por la aparición imprevista de un Cisne Negro.
Para que Cisne Negro ocurra, deben cumplirse 3 características: 1) Es un hecho inesperado. A priori improbable y, por tanto, es una sorpresa para los analistas y para el mercado. 2) Tienen un gran impacto. Son acontecimientos que afectan de forma importante a la economía o a la política mundial. Y 3) Se caracterizan por tener predictibilidad retrospectiva, es decir, una vez que han sucedido, se reconoce que dichos hechos se podía haber evitado y se crean teorías que explican por qué sucedieron.
El coronavirus, el caso de Evergrande, la Gran Recesión de 2008 o el caso de Lehman Brothers son sólo algunos ejemplos de Cisnes Negros, aunque a lo largo de la historia podemos encontrar muchos más.
Ahora bien, el caso de Reino Unido, pese a que hablamos de una economía muy desarrollada y con un gran poderío a nivel global, que llevó a cabo un Brexit ordenado, y pese a haberse alcanzado acuerdos con economías determinantes como la europea, dichos acuerdos no han sido los que esperaba, por lo que la economía británica atraviesa una difícil situación, y sus finanzas no están como para enfrentarse a numerosos problemas sin que ello acabe desatando graves consecuencias para la población y para el mundo entero.
La pandemia y el Brexit han empeorado su situación ya que muchos trabajadores de la cadena de suministro de alimentos procedían de la Unión Europea y ya no tienen permisos para trabajar en Reino Unido, lo que ha desatado un gran desabasto.
Por tanto, una de sus posibles opciones de salvación sería poder formar parte del T-MEC, con lo que Reino Unido contaría con potentes socios para comerciar bienes y servicios, a la vez que alcanzaría su tan deseado acuerdo con la primera economía del mundo, Estados Unidos.
De no conseguirlo, igual que Evergrande, la situación de Reino Unido podrían ser los Cisnes Negros a los que se enfrenta el mundo, después del Covid-19.