En últimos días he conocido historias de mujeres, jóvenes y maduras que han sido víctimas de sus anhelos del corazón.
Ideales que buscan ser satisfechos a través de una pareja, "estable" con el compromiso de estar en todo momento.
Pero aveces, por la premura de encontrar un amor se toman decisiones equivocadas que cuestan literalmente, muy caras.
Se confunden atenciones, caballerosidad, y amabilidad con amor y esto pasa con mayor fuerza cuando la estabilidad emocional es endeble.
Aveces detrás de estas galanterías existen otros intereses que surten efecto cuando la mujer está vulnerable, y muchos saben lanzar el anzuelo, son profesionales.
La mayoría de los casos, coinciden en que en su intento de lograr una estabilidad emocional y buscar a su príncipe azul, se topan con sapos y sapos abusivos que venden caro su amor.
Estas relaciones inician de manera normal dando una cara, porque el objetivo primario es que la mujer se enamore, y tenga confianza.
Ellos invierten dinero, quizá en la copa, café o hasta el cine, pero no esperes que hagan más.
Ya una ves cumplido el objetivo, empiezan a salir sus problemas económicos, que la enfermedad de la tía, la renta, la mensualidad del auto y mil calamidades más que para ser reparadas se requiere de dinero, dinero que es pedido a sus parejas, y dinero que nunca verán de regreso.
El amor dura mientras los bomberazos económicos son solventados, o mientras aparece una nueva víctima con mayor poder adquisitivo.
Las pérdidas no se quedan en lo económico, sino en él autoestima de las mujeres que se dan totalmente y que al final se quedan con grandes deudas económicas y con el corazón y tarjetas vacías.
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