No sé si el proyecto de mediano plazo que se está experimentando en el país es el de la fragmentación de la sociedad mexicana, cuando lo que se esperaba era la recuperación del tejido social roto o, bien, se está aplicando la máxima de Julio César, “divide y vencerás”, veneno amargo que nos estamos tomando.
Lo cierto es que los transformadores desafían a los neoliberales; los superdelegados vigilan a los gobernadores; la globalización es como un pecado que se sataniza; se pronuncian medias verdades y mentiras explícitas; se da el encierro medroso de los vecinos en un entorno de violencia en el que los delincuentes transitan libremente por el país. Se empoderan nuevos actores al tiempo que se vive la discriminación de las minorías y los feminicidios siguen creciendo frente a la indiferencia de la autoridad; al presupuesto productivo le gana el clientelar; el fanatismo abrumador desafía a toda razón, vamos, las prácticas sociales, políticas y económicas que se están imponiendo, han logrado ponernos a todos contra todos; y en este clima de confrontación, los periodistas siguen viviendo todo tipo de riesgos y descalificaciones; los padres de los jóvenes de Ayotzinapa gritan por justicia a las autoridades; las madres de familia y los médicos demandan medicinas para sus hijos a las instituciones de salud; el cinturón de paz de los burócratas aparece como estrategia novedosa en las manifestaciones; los policías federales se inconforman; la Guardia Nacional todavía no responde, así hasta agotar la enumeración del grito social.
Mientras todos están contra todos, los pequeños empresarios hacen lo indecible para mantenerse en pie; los trabajadores por no perder el empleo y los grandes empresarios tratan de encontrar una vía confiable, cierta para sus inversiones y creación de fuentes de empleo; y las divisiones internas en los partidos políticos se suman al clima de confrontación y desconfianza, a los líderes religiosos los envuelve el escándalo y los mexicanos felices, felices, felices, pareciera que no tienen salida en un país desunido y asustado.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
@MargaJimenez4