Así decía el legendario cátcher de los Mulos de Manhattan, Lawrence Peter “Yogi” Berrra, y yo les recomiendo a los políticos ansiosos de saber quiénes serán los candidatos del PRI y del Frente Ciudadano por México que tomen muy en cuenta esas sabias palabras, porque los escenarios ahora son muy cambiantes, nadie está seguro hasta que termina la jornada o como dicen en el llamado Rey de los Deportes, hasta que caiga la última entrada.
En los últimos días me han llegado mensajes de que a José Antonio Meade lo están inflando como un globo que desinflarán en diciembre de acuerdo a varios acontecimientos nacionales e internacionales, que se pueden presentar en el transcurso de los días.
En los sectores duros del PRI están seguros de que pueden robarse la elección del año próximo, tal como lo hicieron en el Estado de México y Coahuila, lo que no elimina la sospecha de que al final el canciller Luis Videgaray se quede con la nominación, habida cuenta de la influencia que tiene con quien dará el dedazo, que es indiscutible.
Robarse la elección no es como en el pasado, que de repente llegaban los golpeadores de los sindicatos afiliados a la CTM y otras centrales obreras para robarse las urnas o quemarlas; hoy los métodos son otros y les han dado resultado. Además estaba también el “ratón loco”, el “carrusel”, la “operación tamal” y otras marrullerías que los priistas inventaron.
Hoy el robo de una elección empieza mucho antes de las campañas políticas y todo tipo de proselitismo en favor de los candidatos con posibilidades de triunfo, es una estrategia diferente, un golpeteo incesante y la filtración de errores en los que hubieran incurrido es, en síntesis, una guerra sucia de gran intensidad además del derroche de recursos que supera con mucho los topes autorizados por la ley y supuestamente supervisados por la autoridad electoral.
En el Estado de México el PRI estaba perdido y al final resultó el ganador, funcionaron las trampas ante un árbitro electoral timorato que, en el caso del estatal nunca disimuló con quien estaba, mientras que el nacional recurrió a todas las argucias legales para legitimar el triunfo de los priistas.
En Morena, todo parece estar definido en favor de Andrés Manuel López Obrador, pero ¿quién sabe?, él es el dueño del partido y puede hacer lo que le venga en gana, pero el camino que tiene que recorrer está muy sinuoso. En el Frente todo depende de quién resista más el golpeteo que saldrá de algunas oficinas del gobierno, con la complicidad de medios informativos a su servicio.
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El problema de la seguridad, del que según daría resultados en los primeros 100 días de su gobierno, se le sigue complicando a Alfredo del Mazo, a quien además colaboradores dentro y fuera de su gabinete andan por la libre como es el caso de Ernesto Nemer, dirigente del PRI estatal… Mancera o Mancerita dice que siempre sí va por la candidatura del Frente Ciudadano por México y en diciembre dirá adiós a las oficinas del Antiguo Palacio del Ayuntamiento. Que los damnificados se hagan bolas, es el mensaje que dejará.
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