Lo único cierto en este momento es la incertidumbre en que viven los mexicanos. Ninguna institución para devolverle al pueblo lo robado (juguetes, ropa, enseres domésticos, autos de lujo y joyas), les va a devolver la esperanza en un mejor futuro. Es un verdadero circo. En qué ventanilla recuperarán la expectativa que tenían con Andrés Manuel López Obrador que se convirtió en decepción.
El incremento real en los precios de los productos de la canasta básica habla de una crisis económica que afecta más a los que menos tienen.
Variaciones de casi el doble en el aceite de cocina, de 25 a 40 pesos, tortillas de 17 a 20.50 el kilo, el kilo de frijol negro 45 pesos, el kilo de arroz 39 pesos, el azúcar de 30 a 45 pesos el kilo, el jitomate para la sopita de los hijos 30 pesos y un pollito chico, 180 pesos, un par de zapatos para un niño en edad escolar 350 pesos. Mejor ni le sigo. Cuando se le devolverá al “pueblo bueno” la noción de futuro, de proyecto de vida, de comer todos los días, de vestir y transportarse. Y el regreso a la escuela, mejor esperar condiciones de higiene mínima en los planteles públicos.
Sin empleo e insertos en el mundo del subempleo, un día comen y otro no; eso es pobreza, de acuerdo con los datos del CONEVAL que se asentaron en este espacio la semana pasada. AMLO tiene otros datos. Estos que aportamos son los de la gente de carne y hueso, con quienes hablamos y los escuchamos.
La experiencia vivida en los últimos años por los seguidores de AMLO se ha transformado. Han pasado de la euforia a la desesperanza. Su única certeza es la pobreza, sin expectativa alguna de mejorar ni con los apoyos de los programas sociales. Quienes los tienen sólo reciben la dádiva pero no se impulsa su desarrollo.
Y en el marco del repunte de la pandemia del COVID, la tragedia de recorrer hospitales o ir a morir a casa como muchos prefieren, por la ausencia del INSABI, la desaparición del seguro popular y la insuficiencia del sistema de salud pública agudiza la orfandad.
Si todo esto es así, la afirmación de Forbes del 4 de marzo de este año en el sentido que 6 de cada 10 mexicanos desconfían de su gobierno y que la confianza en sus líderes cayó hasta un 29 por ciento, podemos inferir que recuperar la confianza es una de las tareas de la mayor importancia para enfrentar los desafíos propios de la incertidumbre: crisis de salud, económica, de violencia, en donde el ingrediente estratégico es el ánimo social.
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@MargaJimenez4