¿Cómo estarán las cosas al interior del vetusto PRI que andan buscando fuera de sus filas perfiles ciudadanos para hacer a uno de ellos candidato a la presidencia de la república y con esto intentar conservar el poder?
Lo que hoy vemos como resultado de sus mesas temáticas es más que elocuente, y producto de décadas de abusos, excesos, corrupción y saqueos de las arcas nacionales, para beneficio de ellos y de sus familias, con la inmunidad e impunidad que les ha dado pertenecer a la clase gobernante que en este país goza del privilegio de robar, abusar y engañar al pueblo entero sin que sean tocados por la vara de la justicia.
No cabe duda que las dificultades que hoy tienen por subir a la lucha electoral a un verdadero gallo son muchas, y por ello voltean la mirada a los simpatizantes y abren la posibilidad de gobiernos de coalición, para ir de la mano con otro u otros partidos y de esta forma tener posibilidades de retener el poder presidencial.
Como resultado de sus diálogos, discusiones y debates, asoman la cabeza José Antonio Meade, Aurelio Nuño y José Narro Robles, con amplias posibilidades de pelear en ese nuevo tablero del ajedrez político priista, al que han sido obligados por los excesos y errores cometidos año con año en sus deficientes gobiernos.
De ser José Antonio Meade el ungido, dos podrían sentirse ganadores. Uno Felipe Calderón Hinojosa, que lo llevó al gabinete como secretario de Hacienda y, el otro Luis Videgaray, que lo impulsó y apoyó ante Enrique Peña Nieto para que permaneciera en el gabinete. Meade ha sido a querer o no, un magnífico colaborador del Presidente y ha dejado buen sabor de boca en cada una de las dependencias que ha encabezado, lo que le da amplias ventajas como externo ante los demás competidores, que por el solo hecho de ser priistas, generan rechazo y enorme desconfianza de los ciudadanos.
El secretario de Hacienda ha compuesto mucho del desorden que le dejó su amigo e impulsor Videgaray y es bien visto por los panistas, con quienes trabajó muy bien, lo que generó desde entonces simpatía y reconocimiento de varios de ellos, y si en el PAN no se terminan de poner de acuerdo y apoyan a quien resulte vencedor en la contienda interna, que disputan Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya, podrían muchos inconformes sumar su apoyo a Meade Kuribreña.
No faltará mucho por saber qué es lo que decide Peña Nieto y no las bases del PRI, para enfrentar a López Obrador y a alguno de los tres panistas arriba mencionados.
Mientras tanto, Manlio Fabio Beltrones, el mejor cuadro que tiene el PRI, el más maduro, el reflexivo y sereno, el que ha ido a la vanguardia en los planteamientos que requieren para seguir vigentes y con posibilidades de ser competitivos, muy probablemente se quede mirando en la loma a otro que se les haya colado por la puerta ciudadana. Así es la política.
Lo mismo sentirá Miguel Ángel Osorio Chong que, contra viento y marea, ha permanecido en la Secretaría de Gobernación aguantando los golpes bajos de Luis Videgaray y su clan perverso, que en su momento sacó a David López de Los Pinos para que llegara un improvisado de la comunicación como lo es Eduardo Sánchez, que ha hecho un pobre y torpe manejo de la imagen del Presidente.