La democracia a la hora de elegir candidata/o a gobernador

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La democracia a la hora de elegir candidata/o a gobernador

Jueves, 14 Julio 2022 00:50 Escrito por 
Juan Carlos Núñez Armas Juan Carlos Núñez Armas Palabras al viento

Ahora que vemos a los adelantados suspirantes por la gubernatura del Estado en espectaculares, llamadas telefónicas, bardas, entrevistas en radio, periódicos y cuanto se les ocurra, no pude dejar de preguntarme, todas estas acciones, ¿a quién están llegando? Porque considero que para los ciudadanos no debe ser suficiente todo este ruido. Hagamos un breve recuento de los actores y acciones.

Comencemos con el gobernador Alfredo del Mazo. Podría ser el primer priista que entregue su cargo a una persona surgida de un partido distinto al suyo. No debe ser nada sencillo porque o es el sepulturero del PRI o es el salvador que esperaban en la plenitud de los tiempos. Incluso, en el segundo caso, podría convertirse en un serio aspirante a la presidencia del país.

Se ha hablado en últimas fechas de un pacto de impunidad entre López Obrador y Enrique Peña y uno no puede más que considerar que hay (o había) evidencias que confirman la sospecha. Por ejemplo, cuando usted comete un delito no espera que lo denuncien en una conferencia de prensa, debe ser denunciado ante el ministerio público y éste debe consignarlo ante un juez, eso señala la ley. Sin embargo, en este caso la denuncia se presentó en la mañanera. Este acto ¿debe ser interpretado como una señal política? Y siguen las dudas, si hubo pacto ¿a cambio de qué?, ¿de haber dado “facilidades” al gobernador Del Mazo para una tersa llegada al gobierno sin protestas como a las que Andrés Manuel nos tenía acostumbrados y, por otra parte, ocultar cualquier acto de investigación por corrupción de los exfuncionarios federales?

Entonces, ¿cómo contestarán el presidente 64, Enrique Peña y el gobernador Del Mazo? Esta situación puede arrastrar a sus aliados del PAN y PRD. Las campañas adelantadas están a todo vapor. En el caso del PRI, Alejandra del Moral, flamante Secretaria de Desarrollo Social, y respaldada por el gobernador; Ana Lilia, respaldada por sus éxitos electorales, al parecer impulsada por el senador Eruviel Ávila, Arturo Montiel y Laura Barrera (diputada gracias al impulso de Peña Nieto al término de su gobierno). El PAN parece estar definido por Enrique Vargas, en torno a quien se manifiesta la unidad panista.  Finalmente, MC se ha manifestado por Juan Zepeda.  Este último partido parece estar esperando decidir si se integra a la alianza o seguir su propio camino.

Por su parte, Morena y su proceso de elegir comités de defensa de la cuarta transformación, cerró su convocatoria con 67 registros de aspirantes, algunos de ellos francamente desconocidos, pero asumiendo el compromiso de acatar un largo proceso de encuestas. 

Déjeme comentarle que, Flavia Freidenberg y Tomás Dosek, desarrollaron un método para obtener el Índice de Democracia Interna (IDI) de cada partido al momento de elegir a sus candidatos. El objetivo es, según lo narran, medir qué tan demócratas son los procesos internos y considera tres aspectos: primero la competitividad en los procesos de selección, que a su vez incluye a) el número de candidatos que compiten, b) el nivel de conflictividad interna o el número de facciones que compiten y c) el nivel de incertidumbre y margen de victoria en el resultado del ganador.

Un segundo aspecto es la descentralización del proceso de elección del candidato/a, en otras palabras, el número de personas que participan en el proceso para definirlo/a, cuáles son sus avales, niveles territoriales y órganos partidistas que toman la determinación, en el sentido más simple, la decisión ¿la toma una sola persona o varias?, ¿quién lo/la respalda, un grupo, un sector, un gobernador?, dónde lo/la definen ¿en el centro, en la capital, en los municipios?, ¿quién lo hace, una asamblea estatal, grupo de delegados, consejeros?

El tercer aspecto es la inclusión de actores en la definición de la nominación: ¿a quién toman en cuenta entre las/os participantes?, ¿el o la candidata se define por consenso o es impuesta/o por un grupo, por una persona, por un líder o grupo de próceres?

Como podemos ver esto marca diferencias entre candidatas/os y cada partido o coalición. Desde el momento en que se define la o el abanderada/o se marcan las condiciones entre quién gana o quién lleva ventaja, entre más amplio consenso tenga la o el nominado menos conflicto tendrá, y puede superar más fácil las adversidades.

Ahora bien, mi intención es llamar la atención en un aspecto que los partidos olvidan al centrarse en quién será su candidata/o, y por eso las encuestas, los espectaculares, la propaganda disfrazada de entrevistas, las concentraciones masivas, etc. Mi punto de vista es que, más que centrarse en el quién, los ciudadanos debemos centrarnos en el para qué. Es decir, qué proponen para resolver los problemas que nos aquejan. Que nos digan con claridad, para qué quieren gobernar el Estado. Los ciudadanos debemos centrarnos en el cómo van a gobernar. Dejemos el análisis de las frases genéricas y bonitas a las/os consultoras/es experimentadas/os.  No olvidemos la experiencia con López Obrador quien tenía propuestas “bonitas” (bajar el precio de la gasolina) pero nunca respondió cómo lograría sus objetivos. Hoy dice que no se comprometió a nada. Hay que centrarnos en quiénes son los personajes experimentados conocedores de la materia que pueden hacer realidad sus propuestas como candidatas/os cuando estén en el gobierno. Sólo nos queda estar atentas/os y dar seguimiento al desenlace de las/os suspirantes de esta telenovela llamada sucesión del gobernador.  Insisto: la calidad de las/os gobernantes depende de las exigencias de las/os ciudadanas/os.

*El autor es Maestro en Administración Pública y Política Pública por ITESM y Máster en Comunicación y Marketing Político por la UNIR.

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