La información es poder. Cuando se tiene interés en algo o alguien, conocer sus características, cualidades y comportamientos es fundamental. La información sobre aquello que nos importa nos da poder de decisión con respecto a ello. Saber sus límites y alcances, debilidades y fortalezas nos permite anticipar sucesos y conocer sus consecuencias; nos da oportunidad también de hacer diagnósticos, planear y crear escenarios, es decir prospectar hacia el futuro la trayectoria de cierto fenómeno o situación y medir incluso su desarrollo e impactos, de igual modo sus beneficios.
En materia de gestión integral de riesgos y protección civil, con la finalidad de protegernos, vivir mejor y con mayor seguridad, hoy se cuenta con una herramienta magnífica para tener acceso a todo lo relacionado con los riesgos, presentes y potenciales, que se tienen identificados en una ciudad. Esta herramienta se llama Atlas Nacional de Riesgos (ANR) y está al alcance de todos y de manera gratuita. Así como se utiliza un atlas de las playas más paradisíacas del mundo para elegir las próximas vacaciones; o se consulta un atlas de cocina para elaborar un platillo extraordinario y congraciarse con invitados; de la misma forma se consulta un atlas de riesgo, para saber en dónde están los riesgos más inminentes, los más cercanos y los que pueden causar más afectaciones.
¿Cuándo fue la última vez que revisó el Atlas de Riesgos de la ciudad que habita? Si ésta fuera la pregunta de una encuesta que le hicieran a usted al salir del supermercado, ¿Qué respondería? ¿El año pasado? ¿Hace más de cinco años? ¿No me acuerdo? ¿Nunca? Me atrevo a proponer que de cien personas consultadas, el 95% diría que Nunca. ¿Por qué? Porque el primer Atlas Nacional de Riesgos formal elaborado en México se desarrolló entre 1991 y 1995, por parte de la Secretaría de Gobernación. Posteriormente, en 2001, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) publicó el “Diagnóstico de Peligros e Identificación de Riesgos de Desastre en la República Mexicana”. Ambos documentos aún no estaban digitalizados, ni eran de acceso libre y gratuito, por lo tanto, de consumo restringido.
Fue hasta 2012 con la publicación de la nueva Ley General de Protección Civil que se definió al Atlas Nacional de Riesgos, en su artículo 2, Fracción IV, como un “Sistema integral de información sobre los agentes perturbadores y daños esperados, resultado de un análisis espacial y temporal sobre la interacción entre los peligros, la vulnerabilidad y el grado de exposición de los agentes afectables”.
Más adelante, en 2015, cuando se publicó el Reglamento de la Ley General de Protección Civil, se establecieron, con mayor detalle para todo el país, las características básicas y generalizadas que esta maravillosa herramienta debería considerar. El artículo 112 del citado Reglamento, indica que los principales componentes del Atlas Nacional de Riesgos son una plataforma informática basada en Sistemas de Información Geográfica (SIG), con bases de datos georreferenciados y diversas herramientas de visualización, cálculo, análisis espacial y temporal de los riesgos.
Adicionalmente deben contener Mapas de Peligros que manifiesten intensidad y frecuencia de estos, a través de representaciones gráficas resultado de análisis y modelaciones; Mapas de Susceptibilidad de laderas, Inventarios de Bienes Expuestos que contengan número de personas, edificios, infraestructura, actividades productivas, capital ambiental y cultural, entre otros, que pueden ser afectados por la acción de los fenómenos perturbadores.
Para finalizar, en 2016 el CENAPRED publicó la Guía de Contenido Mínimo para la Elaboración del Atlas Nacional de Riesgos, la cual integra todos los elementos que deben incluir los atlas de riesgo de los Municipios y Entidades Federativas, considerando el ANR como una mega herramienta que se compone del trabajo colaborativo de todas las Unidades Municipales y Estatales de Protección Civil, todos aportando su granito de arena, para conformar un compendio impresionante de información, mapas, interacciones, cálculos y proyección de escenarios de riesgo que cualquier ciudadano puede conocer, si se da 10 minutos para consultarlo. Tener una perspectiva diferente del lugar donde uno vive y los riesgos a los que está expuesto es una experiencia que deja la consulta del ANR. Pero lo más importante es la acción. !¡Atrévase! ¡Consúltelo! http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx/ Esto es también protección civil. ¡Que su semana sea de éxito!
Hugo Antonio Espinosa
Fue Director del Heróico Cuerpo de Bomberos de Toluca,
Subdirector de Protección Civil e Inspección en la SCT Federal.
Actualmente es Subdirector de Emergencias en el Valle de Toluca, en la Coordinación General de Protección Civil, EDOMEX