Los símbolos expresan momentos y movimientos, así como propósitos. ¿Cuál es el de Morena? Nada será igual antes de la 4T ni después de ésta. Hay quienes quieren profundizar los cambios de la transformación y otros que sueñan con que las cosas en el país sigan como antes de 2018.
Ni una ni otra cosa ocurrirán. Los mexicanos tuvimos que cambiar a fuerza de los golpes recibidos. La clase media hubo de modificar muchos de sus hábitos y costumbres, las dádivas se convirtieron en obligación y cultura. La mano extendida podría convertirse en el símbolo de la 4T. La dádiva y en las elecciones con la misma mano entrando a la urna.
Después de las elecciones qué y cómo vamos a hacer para devolverle a México el Estado de Derecho, La Constitución rigiendo la vida nacional, la seguridad de vidas y patrimonios garantizada –obligación del estado–, la actualización de la educación, la atención de la salud con profesionalismo y medicinas, ¿la impartición de justicia se respetará?, la solución al problema de los migrantes con los que se están creando colonias e incorporándolos al crimen organizado, las relaciones con EUA y Canadá (TEMEC), así como la atracción de inversionistas y la creación de empleos. El dolor de Acapulco.
Gane el que gane, se enfrentará a una vida institucional fragmentada y al crimen organizado como dueño y señor de gran parte del territorio nacional que fue abandonado por la autoridad y llenado por los grupos delincuenciales en proceso de convertirse en la nueva autoridad.
Muchos mexicanos esperan esta Navidad con la esperanza que las cosas cambien, de desterrar el miedo de sus vidas, y justo entonces, se presenta la masacre de Salvatierra en Guanajuato. Una masacre más de doce personas muertas.
Creyentes o no creyentes esperamos que la paz y la no violencia lleguen a nuestros hogares como el milagro que nos devuelva a México y la certeza de un proyecto de vida en un país que llora a sus muertos ¿o esperaremos a que todos los mexicanos nos convirtamos en autodefensas?