En la hora más oscura de su vida, Nicolás Maduro se declaró ganador de las recientes elecciones presidenciales en Venezuela, en décadas atrás, próspera y de libertades. Con la llegada de Chávez y de Maduro se va generando la destrucción de su país, hasta lograr que siete millones de venezolanos salieran de su país. Logró el respaldo de China, ciertamente por su petróleo, en un principio, y por su posición geográfica estratégica, sin duda.
Una vez declarado ganador con un fraude monumental, la confrontación violenta se ha dejado sentir: ideologías encontradas, odios enconados, lucha por la libertad, las revanchas y diversos intereses continentales. Venezuela sangra, se duele, vive un estado de injusticia y violencia, después de la esperanza que despertaron Corina Machado y Edmundo González Urrutia. Hermoso país al que hoy lo habitan la pobreza, la escasez, el deterioro, la tiranía y la incertidumbre.
La amistad del presidente mexicano con Maduro que involucra a México ¿qué legado le va a dejar a Claudia Sheinbaum junto con su mala relación con la OEA? En las relaciones internacionales el país tendría que tejer fino. No le conviene a México ser actor en el conflicto. Tenemos los propios. Sería deseable que la presidenta virtual electa recibiera relaciones continentales en los mejores términos antes de la revisión del T-MEC.
En la postura a favor de la democracia, la mayoría de los países del mundo han señalado el fraude y rechazado a Maduro, además de exigirle los resultados auténticos, quien arrinconado y desesperado se ha valido del ejército para someter a los venezolanos.
Quienes apoyan al ganador Edmundo González Urrutia, especialmente la activista Corina Machado, liderando el movimiento, buscan la recuperación de la libertad de su país, de la economía y la justicia, entre otros temas de la mayor importancia.
En el cementerio de los tiranos, Maduro ya tiene un lugar. Los mexicanos no queremos de amigo al traficante de petróleo, de vidas, de dólares, productor de migrantes, con fábricas que proveen a narcos, con mentiras en discursos mediáticos de influencia en quienes no viven la desgracia venezolana.