En las sucesiones a los distintos puestos de elección popular, que se llevan a cabo cada tres o seis años, los dueños de los cotos de poder toman en cuenta la ambición desmedida, el miedo, el nepotismo, la influencia, el compadrazgo, el ser esposo (a), novio (a), amigo incondicional, subordinado, así como la dedocracia como fundamentales en la vida práctica de la política mexicana para la continuidad y permanencia de todos los partidos políticos.
La nominación de quien sustituirá al “jefe” para seguir la línea en las cámaras de Diputados, Senadores, en las legislaturas locales, en las presidencias municipales, gubernaturas y hasta en la misma presidencia de la república, son analizadas con lupa por los dueños de las franquicias y, por ende, de los cotos de poder
De esta forma, no se les cede ninguna posición a los que no “reúnen los requisitos”, ya sea militante, subordinado o hasta recomendado. Lo lamentable del asunto es que existen diputados locales o federales, de los distintos grupos parlamentarios, que han llegado por la vía plurinominal en cuatro o cinco ocasiones y jamás han presentado ninguna iniciativa de ley.
Es vergonzoso que estos “personales” de la política, sigan vigentes en sus partidos, pues lo único que les gusta es la “pose”, la foto y el blof para placearse en los mejores restaurantes tanto de la Ciudad de México, como de la república. ¡Qué pena dan estos sujetos!
Lo lamentable es que vale más ser amigo del dueño de las franquicias en turno, que la capacidad, profesionalismo y entrega de cientos de miles de mexicanos tienen y que, sin lugar a dudas, desempeñarían una magnífica labor como representantes de su comunidad en cualquier cargo de elección popular.
Por otra parte, ya iniciaron las campañas presidenciales y con ellas el futuro de nuestro vapuleado país en el que estarán en disputa más de tres mil cargos, incluyendo la presidencia de la república, que será disputada por cuatro candidatos que buscarán obtener el sufragio de más de 86 millones de ciudadanos que conforman el padrón electoral.
A la cabeza de las encuestas se ubica el mesías populista Andrés Manuel López Obrador, abanderado por Morena-PT-PES y, dada su soberbia, ya se siente el vencedor de los comicios; es seguido prácticamente en empate técnico por José Antonio Meade Kuribreña de la alianza PRI-PVEM-PANAL y el mal llamado “joven maravilla” Ricardo Anaya Cortés, que encabeza la coalición PAN-PRD-MC.
Todos los mexicanos seremos bombardeados por más de 25 millones de spots que serán transmitidos por radio y televisión y que llegarán al hartazgo ciudadano, porque hasta hoy no hay propuestas sino puras descalificaciones.
Andrés López, sigue con su soberbia inalcanzable, ya se siente Presidente (Dios nos agarre confesados), el tabasqueño está a favor de nada y en contra de todo, como siempre ha sido su estilo de gobernar.
El mesías critica severamente a la que llama mafia del poder, ve la paja en el ojo ajeno pero la viga en el propio no. Para muestra un botón: registró a indeseables como Napoleón Gómez Urrutia, prófugo y espurio líder de los mineros y a Nestora Salgado, quien se dedicaba al crimen organizado en Michoacán, ¿a cambio de qué los nombró candidatos plurinominales?
SIN ASPAVIENTOS… Como jefe de Gobierno del extinto Distrito Federal (2000-2005), que no debió ser candidato ya que no cumplía con el tiempo de residencia, López Obrador en un acto autoritario (como siempre ha sido), publicó sin consenso ni concertación ciudadana y muchos menos sometido a la Asamblea Legislativa, el Bando 2, el cambio de usos de suelo para facilitarle a los desarrolladores urbanos la opción de construir en donde mejor les gustara; por cierto, este plan no fue expuesto durante su campaña… El problema era el abastecimiento de agua y el secretario de Obras César Buenrostro se opuso; para el tabasqueño no fue problema y le quitó el manejo del agua y se la dio a la entonces secretaria de Medio Ambiente, Claudia Sheinbaum, quien ni tarda ni perezosa, autorizó las suficientes tomas de agua para nuevos edificios en la delegación Benito Juárez, del llamado “Nuevo Polanco” de la colonia Granada, entre otros…
Claudia la ahora candidata a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, se sometió a todas las instrucciones que su “jefecito” AMLO le diera, por ello la premió como abanderada… ¡Saber y ver para creer!... Éstas y otras linduras autorizó el autoritario tabasqueño durante su gestión, sin olvidar los segundos pisos.
