Un día, por allá de 1975, 76, no recuerdo bien (era un chamaco que iba a la primaria), leía en el puesto de periódicos donde tomaba el camión para ir a casa la "cabeza" de un periódico llamado Alarma. Decía: "¡Violóla, matóla y descuartizóla", acompañado de una foto grotesca de la víctima muerta. La gente compraba ese semanario, se "agotaba" en una irreverente expresión de amarillismo, pero también de morbosidad. A la gente, la sangre los estimulaba, los envolvía.

El monstruo de Ecatepec

Hubieran iluminado las páginas de ese semanario Juan Carlos Hernández y Patricia Martínez, "los carniceros de Ecatepec", así bautizados por los medios de nota roja. Relacionado con al menos 20 feminicidios cuyas víctimas, la mayoría, fueron asesinadas en su casa, "la casa del horror". El monstruo de Ecatepec confesó: "Si salgo de ésta, de una vez le digo, voy a seguir matando mujeres". El sujeto de marras reveló que vendió a la bebé de una de sus víctimas por 15 mil pesos a una pareja. Por cierto, la bebé fue recuperada.

Fueron capturados en 2018, pero operaban desde 2012. Y mire, mataban a sus víctimas para tener sus huesos "lo más frescos (recientes) posible". Vendían las osamentas a santeros y luego enterraban los restos en un lote cercano. Sufrían, ambos pájaros de cuenta, de episodios psicóticos y alteraciones de personalidad.

El de Toluca, "otro monstruo"

Si bien fueron más de 8 crímenes, a Óscar García Guzmán se le relaciona más con su insensibilidad: "Ya, jefa, yo no saldré vivo. Váyase y mejor cuide a mis perros; yo, si salgo, será en un ataúd", decía en una llamada telefónica a su madre, a la que le confesó sin remordimiento que mató a su padre también y a todas esas mujeres.

A Frida Guerrera, una activista que contribuyó para su captura, le dijo que "para atrapar a un asesino en serie debes pensar como uno". Su cinismo era grande, a tal nivel que le manifestó: "Puta madre, son muy güeyes. Les haré un mapa para que me detengan". La comunicación era en chat privado, pero las pistas que dejaba a propósito llevaron a la policía a ubicar su domicilio. Ahí estaban enterrados los cuerpos de sus víctimas.

Frida lo retó con un mensaje que publicó en sus redes sociales: "Óscar García Guzmán es un pendejo que se siente muy grande. Aquí te estoy esperando". El 9 de octubre de 2020 fue capturado tras llamar "perra" a Frida y amenazarla. Interceptaron sus llamadas y lo detuvieron en la Ciudad de México.

El de Iztapalapa, escalofriante
Brenda, mi siempre amable waitress, sirve en mi taza café, de ese café americano sin azúcar que al periodista le revive el alma. Entiende que la violencia no solo se vive en la guerra, también en nuestras casas, con nuestros vecinos.

Mire, entre 2005 y 2011, en el interior de la escuela primaria Manuel C. Tello, en Iztapalapa, Jorge Antonio Iniestra Salas abusaba sexualmente de las hijas de su amasia, Clara Tapia Herrera. Rebeca y Gabriela, de 12 y 13 años de edad respectivamente, dieron a luz. Las niñas, junto con sus bebés, fueron asesinadas y "tiradas" en un río en Puebla. Las mató a golpes. Al otro menor, Ricardo, lo maltrataba y obligaba a vender cosas en la calle.

El maldito sujeto, al ser detenido en 2011, declaró con una risa irónica que no se arrepentía porque, además, su mujer le daba permiso.
Esa crueldad, la que aloja al demonio en algunas cabezas, me hace comprender a Benjamín Netanyahu, a Donald Trump, a Vladimir Putin… a Hitler.

Nos vemos en otro Sótano.
Mi X: @raulmandujano