Qué cosas tan extrañas suceden en todo México. Tal parece que no hay elecciones y que todo es lo normal de un suceso poco trascendente. Sin embargo, es sólo el comienzo del fin de un partido y de una elección que es poco usual. Y la rabia me invade. Porque no es un simple partido, es el mío, en el que he trabajado, luchado, aprendido y el que me ha dado seguridad los últimos años de mi vida.
Sucede sólo cada seis años. Pero lo extraño es que ahora es por no perder un tercer lugar de la contienda. Y la pregunta que más me conmueve es ¿por qué nos pasa todo esto?
Por eso veo de sopetón, y sin previo aviso, a varios de mis compañeros añejos, que han luchado, trabajado y dan su vida entera por su tierra. A muchos les puedo dar mi absoluto voto de confianza de que harán un trabajo espléndido. Porque los conozco y los he visto luchar.
Por el momento, existen cinco contendientes que se pueden llamar fuertes.
Un ganador que en este momento, aparece con 48% de probabilidaes de ganar puesto que está en la preferencia de muchos que lo ven como él próximo presidente de México. Él, que ha reunido a gente de la talla de Olga Sánchez Cordero, de Alfonso Durazo Montaño y de Wilfrido Robledo. Y alguno que otro líder sindical que es fatal.
El segundo, Anaya, pierde con 18% de los votos. Luego le sigue Meade con un muy significativo 17%, o un 38% menos que el puntero principal. Margarita y El Bronco cuentan desafortunadamente muy poco. Lo verdaderamente sorprendente, es que todos están reunidos en contra de AMLO. Y ni juntándose, ganarían.
En el primer debate, se han dado a la tarea de atosigarlo, invalidarlo, y deshacer los argumentos que poco a poco éste podría sustentar.
Y yo me pregunto, ¿qué pasaría si juntos decidieran que este país les importa mucho y se unifican para cuidarlo y defenderlo? Todos ganarían. Más este adorado pueblo que está lleno de tristeza por lo que vive a diario, y de esperanza porque piensa que va a venir AMLO para hacer justicia. Le siguen, como si fuera un Dios, encapsulado en un traje de "Superman", en donde tiene en todo el país "el sartén por el mango, y el mango también". Lo que diga, en la circunstancia que sea, es palabra de honor.
Pero si no se juntan, los otros cuatro, a tratar de plantear una unificación inteligente, pacífica, con criterios, visiones, circunstancias, políticas públicas, que pongan a marchar a este país como la octava potencia del orbe, como se espera, pues el intocable e inalcanzable AMLO, se los va a comer a todos todos. Y puede seguir un mega levantamiento también provocado por el mismo. Total, ya lo he comentado tantas y tantas veces, que "una raya más al tigre" es lo de menos.
A ver que pasa. A rezar se ha dicho.