Lamentablemente, a escasos cincuenta días para que finalicen las campañas para que se lleven a cabo los comicios más importantes de la era moderna de nuestro vapuleado país, los cinco candidatos a la silla presidencial siguen muy por debajo del nivel esperado por los más de 120 millones de mexicanos, ya que en sus rijosas y paupérrimas visitas a distintos municipios y entidades siguen prometiendo lo que no cumplirán.
Las críticas ciudadanas arrecian en las redes sociales en contra de los aspirantes a la presidencia de la república; en la mayoría de éstas reflejan la indignación, los mexicanos de todos los niveles siguen preocupados por la violencia generalizada que continúa apoderándose de las calles, colonias, municipios y entidades federativas del territorio nacional, cobrando vidas de gente inocente, ladrones, políticos y malandrines sin que las autoridades de los tres niveles de gobierno logren minimizar el accionar del crimen organizado en todas sus modalidades.
Seguimos estupefactos por la falta de propuestas serias y de programas urgentes de los cinco abanderados como el de seguridad, lo que predomina son los ataques personales que han subido de tono y las -sobre todo- las ocurrencias.
Los candidatos José Antonio Meade, de la coalición PRI-PVEM-NA; Ricardo Anaya, (PAN-PRD-MC), el sempiterno Andrés López Obrador, dueño de Morena, PES y PT; así como los independientes Margarita Zavala y Jaime Rodríguez, han demostrado ineficacia, torpeza, excesos de confianza, además de traer a equipos deficientes, carentes de imaginación política y propuestas efectivas.
Los cinco candidatos siguen cometiendo yerros sin aprovechar los escenarios que entre acarreados y ciudadanos asisten a los eventos con la intención de escuchar propuestas y soluciones a los problemas cotidianos para poder normarse un criterio y saber por quién van a sufragar el próximo primero de julio y pueda gobernar a nuestra república con un poco de la confianza perdida.
Desafortunadamente, las últimas ocho administraciones, (Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, 48 años han pasado, le quedan a deber y con creces a todos los mexicanos. ¿Quién podrá demostrar honestidad, vocación de servicio, que ame profundamente a nuestro querido México, además de tener muchas ganas de sacarlo adelante con políticas públicas bien estructuradas?
Desafortunadamente, hasta hoy, ninguno da visos de llevarlo a cabo.
Sin lugar a dudas, el más rijoso, mentiroso, ignorante y ambicioso por el poder es Andrés Manuel López Obrador, quien ya se siente monarca.
Ya regresó a su pasado tormentoso, lleno de pleitos, de descalificaciones, es demasiado agresivo, taimado y carente de ideas y proyectos.
Todos conocemos al de Macuspana por su agresividad, sus permanentes mentiras, su ambición desmedida y desbordada, por ocupar (de nueva cuenta) la silla presidencial, pues en su locura de 2006 se erigió como presidente “legítimo” de México.
Andrés Manuel López Obrador se siente invencible; sigo sin entender cómo es posible que cientos de miles de ciudadanos le crean a un vividor del sistema que en su vida ha trabajado en la iniciativa privada y jamás ha creado una sola fuente de empleo; solamente ha laborado en el gobierno, aunque lleva catorce años fuera de cualquier trabajo formal, pero sí viviendo desde hace más de ¡40 años!, de los impuestos que los ciudadanos de todos los estratos sociales pagamos.
Bien lo señaló Laurence J. Peter, en el área de administración en el principio de incompetencia, que está basado en el estudio de las jerarquías en las organizaciones modernas; afirma su tesis que las personas que realizan eficientemente su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad, a tal punto que llegan a un puesto en el que no pueden formular ni siquiera los objetivos de un trabajo y alcanzan su nivel máximo de incompetencia.
Durante la semana, el boquiflojo tabasqueño volvió a arremeter, de nueva cuenta, contra los empresarios a los que tildó de pillos y de mafiosos. ¿Acaso no se muerde la lengua quien ha vivido de las prerrogativas y de las contribuciones ciudadanas y obtenido centenas de millones de peso durante 40 años y que está rodeado de gente que goza de gran desprestigio?
De seguir agrediendo López Obrador en los escasos 50 días de campaña que faltan a quien se le ponga enfrente, el escenario se le complicará aún más, por lo pronto sigue dando y mucho de qué hablar en su contra. Un dicho muy añelo pero muy real: Del plato a la boca, se cae la sopa.
SIN ASPAVIENTOS… Merecido homenaje realizado a mi gran amigo, maestro y excelente charro Pancho Galán Ramírez, multicampeón estatal, regional y nacional en la bella suerte cala de caballo, que le organizó la mesa directiva de la Asociación de Charros “General Manuel Ávila Camacho”, por sus más de cincuenta años de pertenecer a esta agrupación… Vaya un fuerte abrazo de felicitación para su linda familia, amigos de cuatro décadas y media: Rosita Sardurni, su esposa; sus hijos Panchito y la guapísima Tony Galán Ramírez; así como a sus respectivos cónyuges y nietos.. ¡Enhorabuena!