"Umberto Eco"

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Publicado en Opinión

"Umberto Eco"

Lunes, 21 Mayo 2018 00:10 Escrito por 

Me encanta Umberto Eco. Lo conocí hace muchísimos años, cuando hubo un congreso mundial de la Comunicación en Acapulco. Allí estaban los principales comunicadores sociales del planeta.

El evento fue auspiciado por el gobierno de la República, y por Televisa. Fausto Zapata Loredo y Emilio Azcárraga fueron los anfitriones, más el Estado de Guerrero.

Allí vi a muchos, muchísimos periodistas que al paso del tiempo, hicieron de la comunicación, la información, la divulgación, y las redes, su vida entera.

A partir de allí, de sus novelas, ensayos, cuentos, crónicas, artículos y toda serie de argumentos inteligentes y dignos, lo he seguido. Pero lo volví a encontrar recién.

En el INAP, Instituto Nacional de Administración Pública de este país, se da la especialidad llamada Padep: Programa Avanzado de Alta Dirección de Entidades Públicas.

Y allí de nuevo, fue nombrado el hacedor de: El nombre de la Rosa, de El Péndulo de Foucault, y ahora tengo que leer su último libro, el que habla de la sociedad líquida en Crónicas de una Sociedad líquida: Pape Satán Aleppe.

Pero… ¿qué es una sociedad líquida? Preocupado por un mundo a la deriva, marcado por una crisis de las ideologías y de los partidos, por un individualismo desenfrenado y una sociedad líquida, confundida, maleducada, donde no es fácil encontrar el norte, Eco nos hace entender qué es ésta.

"¿Hay una forma de sobrevivir a la liquidez? Hay, y es darse cuenta justamente de que vivimos en una sociedad líquida que reclama, para ser entendida y quizá superada, nuevos instrumentos. Pero el problema es que la política y en gran parte la intelligentsia aún no ha comprendido la importancia del fenómeno", dice Eco.

"Me parece que casi todos los artículos que recopilo en este libro pueden ser entendidos como reflexiones sobre fenómenos de nuestra sociedad líquida", explica en la introducción Eco, fallecido hace dos años, a los 84 años.

El autor de El nombre de la rosa se refiere al filósofo y sociólogo polaco Zygmunt Bauman, padre de la idea de modernidad y de sociedad líquida.

Eco también explica al principio el porqué de semejante título, Pape Satàn Aleppe, una cita de Dante tomada del Infierno.

"Aunque legiones de comentadores intentaron encontrar un sentido a este verso, la mayor parte de ellos considera que no tiene ningún significado preciso. En cualquier caso, pronunciadas por Pluto, estas palabras confunden las ideas, y pueden prestarse a cualquier diablura", escribe.

"Me pareció por lo tanto cómodo usarlas como título de esta recopilación que, no tanto por mi culpa sino por culpa de los tiempos, está desconectada, va -dirían los franceses- del gallo al asno, y refleja la naturaleza líquida de estos últimos quince años".

Con consideraciones de todo tipo, llenas de ironía, erudición e inteligencia, sobre hechos culturales, la Web, usos, costumbres, política y hasta sobre el papa Francisco, "un jesuita paraguayo", no argentino, la obra -la última del filósofo, ensayista, narrador e intelectual italiano-, es una recopilación de columnas que en los últimos quince años Eco escribió en el semanario L'Espresso.

"Admitiendo que sobre siete mil millones de habitantes del planeta hay una dosis inevitable de imbéciles, muchísimos de ellos una vez comunicaban sus desvaríos a los íntimos o a los amigos del bar -y así sus opiniones quedaban en un círculo reducido-.

Ahora -lamenta-, una importante cantidad de estas personas tiene la posibilidad de expresar sus propias opiniones en las redes sociales.

Por lo tanto, estas opiniones alcanzan a audiencias enormes, y se confunden con muchas otras expresadas por personas razonables".

"Nadie es un imbécil de profesión -salvo excepciones-, pero una persona que es un óptimo cirujano, un óptimo empleado bancario, un óptimo quiosquero puede, sobre argumentos en los que no es competente, o sobre los que no ha razonado bastante, decir estupideces", denuncia.

Y eso es más que cierto.

Y todo esto viene a cuento y a cuenta por el artículo reciente que publicó Héctor Aguilar Camín, hombre sólido y confiable, en el que todo se cambió.

El habla de lo difícil que es que se entienda a los periodistas-articulistas. Y porque las redes por que sí, se los acaban. Esa es la sociedad líquida. Y nosotros con ella.

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Gilda Montaño

Con singular alegría