Tenango del Valle/Estado de México
"No pudimos salvarla", reprocha Rosario, "le preguntaba y me decía: es que me caí", agrega la mujer. Lo dice momentos antes de la misa para darle sepultura a Teresita, una pequeña de nueve años que fue asesinada a golpes en la comunidad de Santiaguito Cuaxoxtengo en Tenango del Valle.
Este miércoles a unos 20 metros de la casa donde fue hallado el cuerpo, se improvisó un espacio para el velorio de la niña.
Todo fue organizado por los vecinos, pues la forma en que murió la niña, enoja al pueblo. No permitieron que familiares e incluso la madre se acercara.
"La niña vivía con su abuela, ella la recogió desde chiquita, pero la maltrataba y ella cuando salía, tenía moretones por todos lados", revela un grupo de mujeres que encabezó los funelares de Tere.
El domingo 28 de julio, el cuerpo de la niña fue localizado al interior del domicilio donde vivía con su abuela. Encontraron e cuerpecillo envuelto en una cobija. Así lo descubrieron los paramédicos.
Según el parte policial, la menor presentaba golpes por todo el cuerpo. Al momento del hallazgo sus pies y manos estaban completamente helados.
"La entregaron del Semefo el lunes pero hasta ayer (martes) la velamos y hoy la sepultamos", indican las mujeres.
La escena que dibuja el velorio previo a la sepultura de Teresita, es triste. Los vecinos han intentado darle vida con unos globos blancos y rosas. Frente a la casa, sobre la banqueta, se dispuso un altar con la figura de Niño Divino que custodia un moño rosa.
Sobre el piso hay docenas de veladoras encendidas, los vecinos las han llevado junto con las flores durante toda la mañana.
Al interior del domicilio, en privado permanece el féretro de Tere. A sus costados vuelan globos, también le pusieron galletas y unos refrescos. Los vecinos dicen que le gustaban mucho.
"La veíamos poco, cuando la golpeaban no la dejaban salir pero iba a la tienda y compraba", relatan.
Sobre el ataúd se colocó un retrato en el que si distingue a Teresita a los dos años. Se le mira inocente. Preciosa y llena de vida.
La corta vida que tuvo la niña, fue arrebatada por la violencia intrafamiliar, reclaman los habitantes de Santiaguito.
"Hicimos varias denuncias al DIF para que la recogieran pero solo venían y no se la llevaban", vuelve a reprochar el grupo de mujeres.
Una de ellas fue elegida como su madrina para la sepultura. Es quien dirige el funeral.
Denuncian que Teresita solía tener las manos quemadas por marcas de cigarro, como una forma de castigo que se le aplicaba.
"Sus manitas se las quemaban con el cigarro", dice una mujer de canas. Luego cuestiona: "¿Quién hace eso, si es su sangre, su nieta?".
Frente a la casa donde vivía Teresita hay dos veladoras encendidas junto a una patrulla que custodia el domicilio. Detrás de esas paredes la niña sufrió sus últimos años.
Pasa el mediodía en Santiaguito. La caravana fúnebre toma camino a la iglesia. Se eligió a un grupo de niñas para que carguen el ataúd. Le siguen sus madrinas con flores que van echando al suelo. Parte del pueblo se han congregado. Son las vísperas de la fiesta patronal, pero todo luce en tristeza, incluso la banda de viento que acompaña con sus tonadas.
El feminicidio de Teresita le dolió a todo un pueblo.