Toluca
Conrado Estrada Sotelo vecino de la comunidad de Ahuacatitlán, Ixtapan de la Sal, pide a los jueces de la segunda sala penal del Tribunal Superior de Justicia que acaten la ley y expliquen por qué reabrieron el juicio contra uno de los nueve imputados por el secuestro de su hija, pues presume que hay corrupción en este caso, dado que el amparo establecido por uno de los secuestradores es infundado y los jueces alegan que hubo errores en el proceso.
Los jueces son Ernesto Montoya, Héctor Téllez, Víctor Mejía, que insisten en que hubo errores en el proceso.
En abril de 2013 secuestraron a su hija, por quien a cambio de su liberación debió pagar un rescate de 750 mil pesos, el proceso duró más de cuatro años, pero este suceso derivó en graves daños a la salud de la víctima, lo que obligó a que la autoridad judicial realizara una prueba rápida para que no se presentara y con ello fundamentar el caso.
“M. E, (como se llama a la víctima) resultó sumamente afectada; cuando la privaron de su libertad, estaba embarazada y por fortuna no la lastimaron, tampoco la agredieron físicamente. Una de las secuestradoras, Julia Calderón - la que tuvo más contacto con ella- dijo que era enfermera y le daban pastillas para que no hubiera daños en el producto”.
El juicio concluyó en 2016, pero el tres de octubre de este año “un supuesto error de los jueces reabrió el caso y lo están llevando rápidamente, no sé por qué si estaba cerrado, no sé si haya dinero de por medio”.
Explicó que al menos cuatro de los secuestradores fueron personas conocidas, con quienes tenían contacto habitualmente, pero se trataba de una banda de aproximadamente 13 personas.
Su hija estaba en la comunidad de Porfirio Díaz, se llevó a su yerno para que lo acompañara a recogerla, fue cuando aprovecharon para levantar a su hija, quien permaneció por más de cuatro días sólo con una camiseta y sin zapatos.
“Uno de ellos, quien apeló la sentencia se apellida Sandoval”, pero fue el evento más doloroso y con mayores consecuencias en mi familia, mi esposa, mis hijos y sobre todo mi hija que fue la víctima, cada vez que le preguntan sobre este caso ella se pone mal, no es justo que debamos volver a pasar por esto.
Inicialmente Estrada Sotelo entregó 250 mil pesos en una vía que conecta con el Estado de Morelos, en Tetecala, dos días después le pidieron 500 mil más, en esas entregas lograron identificar los automóviles en que viajaban los secuestradores, entre ellos una camioneta Chevrolet azul marino, cabina y media donde viajaba Raul “N”, uno de los sentenciados.
Después de la primera entrega, su hija logró robarse uno de los celulares de los victimarios, llamó a sus familiares y les dio señas de la casa de seguridad - al menos lo que logró escuchar-.
“Pensamos lo peor, estábamos seguros que la iban a matar, pero después nos la entregaron, porque incluso tras esa llamada pedimos ayuda de la policía federal y del Ejército que circula en Totolmajac, municipio de Villa Guerrero, que fue donde me la entregaron a cambio de la segunda paga”.