Lerma, Estado de México
La familia Gutiérrez Quintana de nueva cuenta atraviesa por una tragedia, pues ahora su hijo Daniel de tan solo 16 años de edad murió por una negligencia médica en el estado de Nuevo León, donde vivían después de haber sido desplazados por el feminicidio de su hija Fátima, de tan solo 12 años de edad, hace cinco años.
Con profundo dolor, sus padres regresaron a Casas Viejas, Lerma a sepultar ahora a su segundo hijo, por el cual también piden justicia.
"El dolor rebasa lo inimaginable, no hay palabras para decir lo que sentimos, rabia, impotencia y mucho coraje, el estado de Nuevo León asesinó a mi hijo por negligencia médica", comentó Lorena Gutiérrez, madre de Fátima y Daniel.
En entrevista, explicó que acudieron a cuatro hospitales diferentes y le negaron la atención y el chequeo, y el Estado de México no colaboró para agilizar la atención, aunque las autoridades conocían la situación del menor y de la familia desplazada.
"Tanto el sistema de salud de Nuevo León, como la Comisión de Atención a Víctimas del Estado de México fueron omisos ante el caso de mi hijo".
En primer instancia, acudieron al Hospital Materno Infantil de Nuevo León a solicitar atención para su hijo quien se quejaba de dolor estomacal, no obstante, le negaron la revisión al señalarle que Daniel ya rebasaba los 15 años 7 meses de edad.
Asimismo, acudieron a un hospital privado del que los refirieron al ser estudiante del tercer semestre de la preparatoria No. 2 de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Fueron al hospital universitario, ello tras cuatro días de dolores abdominales y vómito, pero pese a haber recibido consulta, su hijo ya estaba muy deshidratado y no podía hablar y tampoco la dejaron ingresar con el menor de edad.
"Les pedimos que lo revisaran del estómago, pero ahí también insistieron en que estaba atravesando por una crisis de ansiedad muy severa, pero insistimos en que le dolía el estómago y aún así, no lo revisaron", insistió.
Por lo anterior, acudieron a un hospital psiquiátrico del estado, dónde le administraron un ansiolítico y un antidepresivo, pero no le mostraron ningún informe sobre los medicamentos y las dosis que le proporcionaron. Insistió en que aún con el medicamento que le administraron, su hijo seguía quejándose del dolor abdominal, "por eso no era eso lo que tenía, no era ansiedad, pero nadie me lo checo, eso fue negligencia médica".
Anduvieron peregrinando por diversos hospitales y finalmente regresaron al hospital universitario dónde dos doctores, que no se identificaron, se negaron a revisarlo señalando que el joven no respondía a los cuestionamientos de dolor, pero eso se debió a que el menor no podía hablar por los ansiolíticos previamente administrados y ante la situación, los doctores se limitaron a recomendarle asistir a un grupo de sanación, por lo que no les quedó más que regresar a casa.
Finalmente, un médico particular acudió a casa y les señaló que el joven estaba completamente sedado debido a los ansiolíticos pero ratificó que podía tratarse de una crisis de ansiedad; para descartar otra situación, le realizarían estudios al día siguiente, pero Dani ya no sobrevivió.
En este sentido, después de que la señora Lorena asegurara que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Estado de México (CEAVEM) fue omisa para ayudar en el caso de Daniel, pues tenían del conocimiento que el joven requería de medicamentos desde que fueron desplazados; la dependencia informó que el director de primer contacto se trasladó para encontrarse con la familia tras conocer del lamentable fallecimiento de su hijo.
A través de la CEAVEM, explicaron, se agilizó la entrega del certificado y él acta de defunción, y se realizó el traslado de su hijo al Estado de México. Además, se absorbieron los gastos y trámites funerarios y de inhumación, no obstante, para la señora Lorena esto no es suficiente, pues asegura que la actuación no evitó la muerte de su joven hijo y fue tardía.