Atizapán/Estado de México
Andrés “N”, el presunto feminicida serial de Atizapán, aceptó su culpabilidad en el asesinato de al menos cuatro mujeres, a quienes enterró en su domicilio; a la última le arrancó la cara porque “estaba muy guapa”.
“No lo niego, ya está hecho” fue como este sujeto de 72 años se declaró culpable y motivó a que se le vinculara a proceso por el delito de feminicidio.
Reyna, de 34 años, fue la última de sus víctimas, y el esposo de ella, Bruno, fue quien logró ubicar los restos de su pareja y la detención del agresor.
Bruno expuso ante la autoridad ministerial que el 14 de mayo su pareja le informó que iría a la Plaza Meave, en la Ciudad de México, para surtir el negocio de venta y reparación de celulares, aparentemente la acompañaría Andrés, quien presumía ser amigo de ambos.
Pero la mujer nunca regresó a casa; su esposo logró ingresar a la casa del adulto mayor y se encontró con la terrible escena.
El asesino serial relató cómo es que degolló a Reyna, la golpeó en el piso y ya sin vida la arrastró hasta el sótano, donde le mutiló las partes del cuerpo, algunas cortadas en filete, las colocó en cubetas, pero además le desprendió el rostro, porque "era muy guapa", dijo.
