Metepec
Gilberto Sánchez Fierro desde los seis años es artesano del barro. Nació y creció en Metepec. Siempre con muchas carencias económicas pero nunca de aspiraciones para orientar a los suyos por un mejor camino que les permitiera mejorar. Es un orgulloso dador de vida, porque en esta temporada le regala alma a la muerte.
Un hombre rockero, que mientras narra su historia porta con orgullo una playera de un grupo de punk, cuenta que sus hijas son ahora quienes más le auxilian con los detalles en los vestidos de las Catrinas llenas de flores, colores, hasta árboles de la vida y ramilletes en esas huesudas manos.
“Seguir hoy en el barro ha costado más de 40 años. Es toda mi vida. A los seis años mi abuelo me comenzó a pedir que ayudará a barrer, moler el barro crudo; arrimar cosas para la producción de ollas o cazuelas que jamás nos dieron para salir adelante”.
Cuenta que hasta incluso se resintió con este oficio porque en comparación con sus compañeros en la escuela, su condición económica siempre era inferior, casi dolorosa. De modo que participar en el taller familiar de tíos y abuelos no era su meta.
“Tuve que dejar la secundaria para seguir trabajando pero es que no había para comer. En comparación con mis amigos mi situación era precaria. Había unos niños mejor presentados, siempre de la mano de sus padres y uno sigue viviendo así, cargando en la espalda hasta 20 ollas de barro”.
Fue entonces que decidió aportar al oficio de su madre otra perspectiva. Buscando nuevas opciones de venta observó los colores vegetales en piezas artesanales, pintura natural por ejemplo en la elaboración de los árboles de la vida, que concentran en una pieza, la historia de la creación.
Las Catrinas se han convertido en una imagen típica durante la tradicional celebración de la muerte que tenemos los mexicanos en noviembre, pero en este caso una sola de ellas podría llevarse entre 15 y 20 horas al día de diseño. Antes quemadas en los hornos de leña o adobe, ahora en los de gas, pero siempre es necesario invertir tiempo en el detalle que la haga destacar de la competencia ofertada entre los locales ubicados en la calle de Comonfort, donde están los negocios de artesanías en Metepec, pero que provienen de Michoacán, en donde tienen los derechos sobre esta figura.
“En mi caso es muy distinto, hemos hechos una serie de cambios que nos permiten incluso competir con artesanos de fuera, quienes producen en línea. Porque lo mío está hecho con las manos, y con la tierra de mi pueblo”.