Metepec/Estado de México
Aunque todos saben que el Jardín Botánico Cosmovitral fue diseñado por Leopoldo Flores, pocos saben que la construcción y la transición del diseño en pintura a un gigantesco vitral estuvo a cargo de Bernabé Fernández García.
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En entrevista con DigitalMex, el maestro vitralista recordó su trabajo en la obra más destacada del Estado de México como realizador técnico, cargo en el que durante tres años desarrolló la parte vertical, las 37 ventanas y los vitrales conocidos como el Hombre de Fuego y la Andrómeda.
Leopoldo Flores fue quien lo buscó cuando trabajaba en un taller de vitrales en el Centro de Investigación y Desarrollo Artesanal del gobierno estatal, lo entrevistó, aceptó el trabajo y adaptó su diseño a la técnica del vitral.
"Él me entregó un diseño en pintura y yo lo plasmé en la técnica de un vitral, tuve toda la responsabilidad técnica y estructural, así como la fragmentación y el diseño que cambia en proporciones para un vitral pues debe ir entrelazado".
Aunque su objetivo era convertirse en pintor, las condiciones laborales que en el momento observó lo impulsaron por buscar otro oficio y le interesó aprender la técnica del vitral, misma que asegura, aprendió sin saber que un día llegaría a realizar el trabajo más importante a nivel mundial en la materia.
"Tal parece que estuve experimentando y preparándome para algo que desconocía porque cuando llegó la oportunidad del Cosmovitral yo ya estaba preparado y no era nada nuevo para mí".
Aún recuerda la sensación de alegría cuando observó el 5 de Julio de 1980 la obra concluida, "caminé sobre la calle de Lerdo para observar a lo lejos el cosmovitral y en ese momento me sorprendí y me cuestioné cómo pude realizarlo".
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Aunque el Cosmovitral es su trabajo más reconocido, asegura que no resta importancia a ninguna de las obras que ha realizado y, se dijo orgulloso de poder plasmar arte en vitrales que se pueden destinar desde una puerta, una ventana hasta un gigantesco Cosmovitral.
Recordó que en el Valle de Toluca no había vitralistas y fue el primero en establecerse en el Barrio de Santa Cruz en Metepec; no obstante, recordó que vivió una temporada difícil para darse a conocer debido a que no había personas interesadas en adquirir vitrales.
Ahora, 54 años después, comparte taller con su hijo Bernabé Fernández Piña, ambos maestros del arte popular originarios de Metepec, dedicados de lleno a la realización de esta artesanía; además, se encarga de enseñar la técnica a uno de sus nietos que eventualmente acude al taller.
Sus vitrales están en diversas ciudades al interior de la República, pero también han viajado a Estados Unidos, Brasil, Canadá, Holanda, Alemania, por mencionar algunos, de manera particular, y se pueden apreciar en el ya mencionado Cosmovitral de la capital del Estado de México y el Museo Dolores Olmedo en la Ciudad de México, así como en la antigua Cámara de Diputados en Chilpancingo, Guerrero.
