Curiosamente… Un grupo de migrantes irlandeses arribaron a América del Norte a mediados del siglo XVIII, evidentemente llevan consigo su cultura, folclore, tradiciones y su tan famosa noche de Samhain (Año Nuevo Celta).
Originalmente, los europeos utilizaban para esta celebración el nabo, pero poco a poco se fue sustituyendo por calabazas, procedentes de Mesoamérica, que eran más grandes y sencillas de manipular.
En un principio, Samhain fue fuertemente oprimida por las entonces autoridades de Nueva Inglaterra. Esto se debió a su asentada tradición luterana. Sin embargo, la fiesta sobrevivió y, a finales del siglo XIX, Estados Unidos acogió nuevamente inmigrantes de procedencia celta.
Con el choque de culturas, la verbena se fue mezclando con diversas creencias, especialmente de los pueblos indios, el cristianismo, etc. Este sincretismo formó Halloween (Víspera de Todos los Santos), que posee entre sus tradiciones, la afamada leyenda de Jack el irlandés. A su singular calabaza se le nombró “El candil de Jack”, y se comenzó a conocer como “Jack el que vive en la lámpara”, este apelativo derivo en la actualidad en “Jack O’Lantern”.
La leyenda popular cuenta que Jack O´Lantern, al morir, no pudo ir ni al cielo ni al infierno, por tanto, Satanás lo condenó a vagar por el mundo con un nabo hueco con carbón ardiente al interior; este objeto le serviría de única guía para alumbrar su pesado camino.
Se dice que, la noche de brujas o víspera de Todos los Santos, Jack camina por las calles en búsqueda de un pacto con quien se atraviese a su paso. Las opciones son dos ¡Truco o Trato! Se sugiere aceptar el trato porque el truco suele ser una horrible maldición.
Y tú, ¿Qué aceptarás esta noche Truco o Trato?
