Tenango del Valle
No todas las viviendas ni los damnificados por el sismo del 19 de septiembre reciben el mismo trato por parte de las autoridades estatales y municipales, acusan habitantes de San Francisco Tepexoxuca, Tenango del Valle, quienes determinaron acondicionar un predio para enviar a 300 niños desde el próximo jueves para retomar el curso escolar, pues ninguno de los tres niveles de gobierno, les dio opciones para continuar con las clases.
Algunos –incluso– prefieren quedarse con una casa derruida e iniciar solos la reconstrucción que confiar en que la autoridad se hará cargo de brindarles la atención comprometida a través de tarjetas con recursos federales provenientes del FONDEN. Hicieron un llamado al gobernador Alfredo del Mazo Maza para resolver los problemas que enfrentan derivados del temblor y se les considere en el plan integral de reconstrucción de viviendas.
Isabel Álvarez Valladares, una de las mamás inconformes platicó que desde el día del sismo (el 19 de septiembre) la escuela de tiempo completo Alfredo V. Bonfil a donde asisten 300 alumnos de primaria y secundaria, quedó en pésimas condiciones. Los daños son graves y es imposible ingresar.
Sin embargo, no fue sino hasta hace una semana cuando acudió el presidente municipal José Francisco Garduño, además de personal de los Servicios Educativos Integrados al Estado de México (SEIEM), para conocer los daños de la estructura que será imposible volver a usar. “No dijeron nada claro, no explicaron, sólo se fueron. ¿Qué pasará con nuestros niños, y el director nos pidió esperar hasta noviembre para definir dónde o cómo vamos a continuar las clases”.
Pero la gente está molesta y comparan con la atención brindada a localidades como Ocuilan, en donde las familias han puesto mano de obra y material para conformar aulas de madera. “Estamos dispuestos a poner una hoja o dos de madera cada papá si es necesario, nosotros podemos hacerlo también, sólo que nos digan cuándo o dónde, podemos organizarnos”.
Los habitantes esperaban este fin de semana poder reunirse con autoridades municipales, los delegados e incluso personal de la Secretaría de Educación estatal para definir los pasos a seguir, pero otra vez “no vino nadie, no nos hacen caso. La ayuda llega a cuentagotas y no es para los verdaderos damnificados; hay viviendas en la barranca que están marcadas con la R (significa derrumbe) pero no volvieron los de Protección Civil, preferimos que nos digan qué pasará con nuestra escuela. No podemos mantener a los niños en casa todo lo que resta del año”.
Algunos padres decidieron cambiar a sus hijos a la otra primaria en donde ya de por sí hay 250 alumnos, pero que continuaba recibiendo más estudiantes para que no pierdan el curso. “Lo que me preocupa es que, por ejemplo, mi niño va a primero de primaria, cómo va a salir sin saber leer ni escribir, si de por sí ya pasó el preescolar así, sin saber nada”.
Por el momento, en el patio de la escuela se encuentran concentradas bancas, mesas, libros, mochilas, cristales rotos, se observan las columnas de la escuela por completo afectadas por el terremoto y el riesgo es inminente, pero no hay autoridad que les indique cómo pueden resolverlo.
“Nosotros lo que pedimos es que el alcalde o alguien nos diga dónde continuar. Hay maestros que nos ofrecen seguir dando clases aun sin la autorización de la SEP o el SEIEM, pero de qué va a servir, además, queremos un sitio seguro, no llevarlos a un predio en donde igualmente no podremos estar en paz sobre si están a salvo”.
Por lo pronto, esa es la única opción que ellos ven viable para que sus hijos no pierdan el curso escolar. Ya se preparan y, lo mejor, es que los maestros están dispuestos a apoyar.