Juan Guerrero
Zona Oriente
Para los habitantes de los municipios de Ecatzingo y Atlautla los festejos decembrinos serán solo parte del inevitable calendario anual, pues tras los sismos del pasado 19 de septiembre, hay tristeza entre los habitantes y la reconstrucción de las viviendas dañadas apenas se inicia con la llegada de los recursos del Fondo Nacional de Desastres, evidentemente insuficientes, a decir de varios vecinos afectados.
Es el caso de la señora Filiberta González, una de las pobladoras que resultaron damnificadas luego del movimiento telúrico, quien comento que este fin de año será de “tristeza, porque otras veces nos la pasamos aquí en la casa; hacemos cena nos la pasamos contentos y ahora en la situación en la que estamos será de tristeza”.
Para ella, como para miles de vecinos que resultaron afectados en sus patrimonios por el fenómeno natural, perdiendo sus viviendas, estos son días de mucha tristeza.
Florentina Castillo, otras de las damnificadas, refirió que “venían mis hijos, mis cuñados, mis cuñadas, hacíamos fogatas y nos la pasábamos bien; ahora no sé porque no tengo espacio, no tengo lugar, sólo para mis hijos, mis nietos”, sostuvo.
La reconstrucción en municipios como Ecatzingo y Atlautla es muy lenta, pues los recursos del Fondo Nacional de Desastres acaban de llegar y son insuficientes, pues, a decir de Monserrat Ortiz, tras vecina perjudicada, “los apoyos que han llegado de despensa y todo eso, bueno, el gobierno nos ha apoyado con dinero, pero no es para construir una casa de dos pisos; 120 mil no son suficientes para levantar lo que se cayó”.
Dijo que además de la insuficiencia de los fondos para apoyar a las personas, éstos serán entregados en dos partes, “y la segunda no ha llegado todavía”.
Comentó que ella y su familia se vieron obligadas a detener las obras por la falta de recursos, porque “nos depositaron solo una cantidad de dinero los del gobierno, y dijeron que después nos iban a depositar más; el albañil pide más dinero y material de la casa, el necesario para poder levantar la vivienda lo más rápido posible”.
Las damnificadas pasan frío en las casas de campaña, de lámina o madera que les construyeron civiles para darles espacio mientras se reconstruyen las suyas, en tanto en las calles se observan todavía las huellas de la devastación por el fenómeno natural.
Los pobladores de Ecatzingo y Atlautla resiente todavía más los efectos de las bajas temperaturas, al estar situado en la zona de los volcanes, y las afectadas mostraron los huecos de la casa de lamina provisional, por donde el aire se filtra y es necesario utilizar mas petróleo para cocinar, inundando el inmuebles con ese olor penetrante.
Con todo, los afectados dijeron que harán un pequeño espacio para cenar la noche del 24, con algo sencillo, preparado con los víveres que les han llevado, quizás té de canela, tejocote, tostadas de atún, “porque no tenemos para carne”.