Toluca
Vecinos del barrio de Santa Clara, en la calle de Felipe Villarelo denuncian una plaga de ratas con al menos 10 animales de gran tamaño que rondan las calles y se meten a las viviendas por las noches. El problema, dicen, es la basura que depositan en un predio baldío los vecinos porque "el camión de la basura no pasa continuamente".
Desde hace 20 años comenzaron a crecer los conflictos toda vez que no hay autoridad que ponga orden en esas calles, si bien en Humboldt hay parquímetros, los automovilistas utilizan el resto de las calles aledañas para estacionamiento y los habitantes sobre la avenida Matlatzincas aprovechan el caso para dejar ahí bolsas de desperdicios, dijo Asunción Lara, habitante de uno de los edificios aledaños a esta calle.
"Las ratas caminan entre las personas sobre la banqueta. Realmente tenemos muchos problemas, la verdad es que nosotros hemos provocado este problema porque dejamos ahí la basura, pero también es un conflicto porque hemos ingresado documentos en el ayuntamiento para pedir que pase el camión recolector, también seguridad y personal de tránsito que eviten asaltos y el estacionamiento sin control".
Sin embargo, hasta el momento no hay respuesta, "en estos tiempos trabajan mamá y papá de modo que abandonan la basura, se les hace fácil. En esos predios baldíos en la esquina de Independencia con Villarelo es igual un tiradero de desperdicios".
Los inconformes añadieron que cuando inicia el curso escolar es peor porque los niños de preescolar continuamente están expuestos a que estos roedores los ataquen. "Cada Año es peor, desde hace tres que incrementó la fauna nociva del lugar, pero la verdad nadie hace nada. El camión o pasa por aquí. ¿Que vamos a hacer si los mismos vecinos no respetamos?".
Martín Cuenca, quien estaciona su automóvil sobre esta calle afectada dijo que por las mañanas es posible observar entre las bolsas de desperdicios a más de siete animales que son ningún temor corren entre las llantas, el pasto y la basura del lugar. “A veces hasta al abrir las puertas de los autos las tenemos que esquivar porque están muy habituadas a que esta es su casa y nadie las fumiga”.
El propietario de la tienda ubicada contraesquina del predio baldío, dijo que han llegado a cobrar hasta 30 roedores que por las noches recorren las aceras intentando meterse a las viviendas. “Es una plaga terrible, tanto que debimos poner cemento en los accesos para impedir que entren pero la verdad ya todos convivimos con esos animales”.