Toluca/Estado de México
Cada septiembre, desde hace 13 años, una pequeña tortillería en la colonia Morelos de Toluca despierta el espíritu patrio de manera única con sus tortillas tricolor. Esta tradición, que forma parte de la esencia de sus fundadores, es una mezcla de sabores, historia y amor por México.
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Ubicada en la calle Felipe Villanueva, la tortillería fue fundada hace 28 años por doña Dolores González y su esposo, don Joaquín.
Desde entonces, ha conquistado a sus clientes con más de 300 sabores de tortillas, todas elaboradas a mano. Sin embargo, es en el mes patrio cuando la creatividad y el cariño de esta familia se materializan en tortillas que representan los colores de la bandera nacional. Estas piezas artesanales no solo alimentan el cuerpo, sino que también evocan orgullo y nostalgia por el país.
La historia de las tortillas tricolor comenzó hace 13 años, tras una pérdida personal que transformó el dolor en un legado. El hijo único de la pareja falleció el 13 de septiembre, y en su honor decidieron crear una tortilla especial, libre de harinas y colorantes artificiales.
"Utilizamos plantas y granos para darle color y sabor; el rojo lo obtenemos de la jamaica, el blanco del arroz, y el verde de las espinacas. A veces, el rojo proviene de la remolacha, el blanco del ajo y el verde del cilantro," comenta doña Dolores.
Este producto, que solo se ofrece del 1 al 15 de septiembre, se ha convertido en una estrella del negocio, vendiéndose a 30 pesos la docena. Sin embargo, más allá de su éxito comercial, la tortilla tricolor es un símbolo de identidad y resistencia.
Para doña Dolores y don Joaquín, esta tortilla es más que un simple alimento; es una forma de honrar a su hijo y al país que tanto aman. Sin embargo, la historia tiene un matiz triste: la pareja, ya mayor, no tiene a quién dejarle el legado.
"No hemos encontrado apoyo gubernamental para que esta tortilla se convierta en patrimonio del Estado de México," explica don Joaquín. A pesar de su esfuerzo, temen que, cuando ya no puedan continuar, las tortillas tricolores también desaparezcan, dejando solo el recuerdo de una tradición que merece perdurar.
Así, en cada bocado de estas tortillas, se saborea la historia de una familia que ha encontrado en el maíz y los colores de la bandera una manera única de celebrar a México.
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