Metepec/Estado de México
Más de 20 mil personas se volcaron este martes a las calles de Metepec para participar en el tradicional Paseo de San Isidro Labrador, una celebración con más de un siglo de historia que hoy cobra un nuevo sentido: pedir por la lluvia, pero también agradecer por la salud, el trabajo y la familia.
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Desde muy temprano, cuadrillas integradas por familias de comunidades como Calimaya, Mexicaltzingo y San Mateo Atenco formaron coloridos contingentes con más de 800 vehículos, 500 caballos y decenas de animales de carga, acompañados por danzantes, música de banda y gritos de “¡Viva San Isidro!”.
“Yo le doy gracias por todo. Por mi salud, por mi familia y porque seguimos aquí. Ya son 25 años que participo en esta tradición y no me canso”, compartió Isaac Hernández, quien este año se unió al contingente de la familia Rubén Vázquez, con 55 años de historia en el paseo.
Aunque muchos ya no siembran como antes, la tradición sigue; en las ofrendas no faltaron las mazorcas, espigas, flores y figuras del santo patrono del campo, y en el aire flotaba el aroma del pan y la fruta que las cuadrillas reparten cada año como símbolo de gratitud.
Para Gisela Castro, la caminata también es una promesa familiar:
“Mi papá ya no está, pero él sembraba maíz, y cada vez que veía a San Isidro se ponía a trabajar con gusto. Aunque ya casi no hay cosecha y hay más casas que campos, nosotros seguimos honrando su memoria”.
La jornada se vivió entre cantos, sol fuerte y sombrillas improvisadas, con cuadrillas de hasta 30 personas que cruzaron calles como Estado de México, Lerdo de Tejada y 16 de Septiembre.
No faltaron los hombres vestidos de mujer, homenaje a las tlacualeras, las esposas que alimentaban a los campesinos en tiempos de siembra.
De acuerdo con el gobierno municipal, el evento fueE resguardado por 200 policías municipales, 50 estatales, personal de Protección Civil y Bomberos. También se mantuvo la prohibición de venta de alcohol, como medida para preservar el carácter familiar del evento.
“Con lo poco que Dios nos da, salimos adelante. Esta es una tradición de fe, de comunidad; aunque no llueva hoy, sabemos que San Isidro nos escucha”, dijo María del Carmen Sánchez, cuya familia ha participado durante cuatro generaciones en el recorrido.
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